EL PAíS › LAS OPINIONES DE LA IZQUIERDA ARGENTINA ANTE LA RENUNCIA DE FIDEL
La izquierda argentina se repartió entre consejos para la nueva etapa y vaticinios sobre el destino inmediato de Cuba. Algunos dirigentes coincidieron en cuestionar el régimen de partido único, pero ninguno omitió exaltar los logros sociales del socialismo cubano. Y ofrecieron sus recetas para que no se evaporen ante la inminente ausencia de Fidel.
Ante la renuncia de Fidel Castro, la dirigente Vilma Ripoll (MSTNueva Izquierda) afirmó que “para mantener las innegables conquistas sociales que ha significado el socialismo en Cuba, nos parece que hoy haría falta tomar importantes medidas tanto en el plano económico como en el político”. Ripoll indicó que “entre las primeras, es preciso frenar cuanto antes el proceso de entrada de empresas capitalistas”. Y agregó que “al mismo tiempo, creemos necesario cambiar radicalmente el régimen burocrático de partido único mediante una profunda reforma democrática para que sean los trabajadores, los campesinos y el pueblo cubano los que participen y tomen las decisiones sobre su presente y su futuro de manera soberana”. Según la dirigente, ambas propuestas son lo opuesto a lo que pretenden los gobiernos de los Estados Unidos y de las demás potencias imperialistas, que desde hace casi medio siglo vienen bloqueando injustamente a Cuba y se llenan la boca hablando de “democracia” con el único objetivo de restaurar la dominación capitalista para someter al pueblo de la Isla.
Por su parte, Christian Castillo, del Partido de los Trabajadores Socialistas, afirmó que “la renuncia de Fidel a ejercer el liderazgo del estado cubano, algo que se venía dando de hecho con el rol que venía jugando Raúl Castro, es funcional a una política de mayor apertura al capitalismo de la dirección del PC cubano”. El docente universitario argumentó que esto es así porque “altos miembros del partido y del estado, incluyendo a Fidel, vienen presentando como modelos a seguir la vía ‘china’ o la vía vietnamita’, es decir, a países donde la restauración capitalista avanzó cualitativamente”. Castillo agregó: “No podemos descartar que los dirigentes del PC combinen una posición favorable a la entrada del capital imperialista con cierto intento de autorreforma del régimen político desgastado, tratando de conciliar el descontento de sectores de masas por la opresión política y la desigualdad social creciente con los reclamos demagógicos de ‘democracia’ de los países imperialistas, como el español que tiene fuertes inversiones en la isla”. Y concluyó que “la regeneración revolucionaria del Estado cubano no vendrá de autorreformas realizadas por el propio régimen, sino por la movilización y organización de los obreros y campesinos que cuestionan los privilegios burocráticos pero no quieren la vuelta de la dominación capitalista como pretenden Bush, los gusanos de Miami y demás gobiernos imperialistas”.
Juan Carlos Giordano, de Izquierda Socialista, señaló que “Fidel se va pero su política queda”. Y objetó que el líder cubano “después de la extraordinaria revolución cubana haya permitido el ingreso de capitales extranjeros e impuesto el régimen de partido único”. Giordano afirmó que “eso es lo que hay que cambiar, frenando las políticas de restauración capitalista y otorgando plena democracia obrera y popular para que sean los trabajadores y jóvenes cubanos los que decidan cómo mejor profundizar la revolución, y donde se permita la constitución de partidos de izquierda”.
Para Néstor Pitrola, del Partido Obrero, “los voceros del imperialismo celebran la declinación física de Fidel como el seguro anticipo de la desintegración de Cuba y de su Revolución, pero no ven, ni quieren ver, que en Cuba está en marcha un importante proceso popular, con voceros visibles en la juventud, que es la extensión de la insurgencia popular en toda América latina. Ellos han unido los reclamos de carácter democrático a una crítica demoledora de la diferenciación social que trae, implacable, la penetración del capital, de la mano de la burocracia gobernante. El dirigente piquetero dijo que “el retiro de Fidel colocará al rojo vivo la disyuntiva histórica de Cuba: o la restauración definitiva del capitalismo, que retornará a Cuba a la condición de una semicolonia, o la reasunción de la revolución por parte de las masas mediante un programa”. Según Pitrola, ese plan debe consistir en “control obrero, revocabilidad de los funcionarios, igualación salarial con la burocracia gobernante, apertura de los libros de las empresas privadas. Por este camino Cuba volverá al centro del escenario de la revolución latinoamericana”.
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