Jue 21.02.2008

EL PAíS  › RAUL CASTELLS PEDIRA SU INGRESO A LA CENTRAL

La CTA se gana otro conflicto

La posible incorporación del dirigente del Movimiento de Jubilados y Desocupados a la central de trabajadores alternativa profundiza las diferencias internas. El domingo Castells decidirá su futuro.

› Por Martín Piqué

Si algo le faltaba a la Central de Trabajadores Argentinos para entrar en un debate interno de consecuencias imprevisibles, ese condimento llegó de la mano de Raúl Castells. El barbado fanático del poncho (“ya es como si fuera un amigo, un compañero”, llegó a decir sobre su vestuario) quiere incorporar su organización a la central alternativa fundada por Germán Abdala y Víctor De Gennaro. El domingo 24, el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados realizará un congreso para debatir el ingreso a la CTA. Como la central de la calle Piedras tiene afiliación directa y presume de sus principios democráticos, no habría ningún obstáculo formal para que Castells pueda afiliarse con todos los miembros del MIJD. Sin embargo, la mera posibilidad de que pueda incorporarse el ex candidato presidencial (sacó 60 mil votos) ya generó una dura polémica entre los dirigentes de la CTA. Incluso sobrevuelan amenazas de ruptura.

“Todos aquellos que sean trabajadores se pueden afiliar. No tenemos un cartel que diga nos reservamos el derecho de admisión”, aseguró a Página/12 el titular de ATE, Pedro Micheli. “El ingreso de Castells sería la ridiculización de la CTA, él representa la ridiculización de la pelea de los pobres”, dijo el diputado Edgardo Depetri. Micheli y Depetri se conocen desde hace muchos años. Ambos integran la mesa de conducción de la CTA aunque hoy representan posiciones cada vez más enfrentadas. Micheli está a la cabeza del sector más crítico con el Gobierno, suele compartir opiniones con el influyente De Gennaro. Depetri es kirchnerista y trata de conciliar sus roles como dirigente del Frente Transversal y cuadro histórico de la central sindical alternativa.

Las diferencias entre los críticos y los kirchneristas se profundizaron tras la reunión con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Allí hubo una fuerte discusión en la que CFK los identificó con un partido político, los recriminó por los paros docentes y no dio ninguna garantía de que el Estado vaya a concederle la personería a la CTA. Anteayer, en la primera reunión de evaluación tras aquella agitada charla con la Presidenta, la cúpula de la CTA volvió a mostrar diferencias. Unos plantearon que el matrimonio presidencial había optado por la CGT y el PJ, por mantener el modelo sindical y una política económica basados en el crecimiento de las grandes empresas. Otros recordaron que en la asunción de Cristina se habían escuchado elogios de todos los presidentes de la región, sobre todo de Evo Morales, Hugo Chávez y Rafael Correa.

La controversia sobre cómo seguir adelante y qué hacer ante el kirchnerismo se profundizó cuando se mencionó a Castells. Desde el sector más crítico al oficialismo defendieron su posible ingreso con el argumento de que fortalecerá la resistencia al Gobierno. “Si entra Castells se rompe la CTA”, es la respuesta que están haciendo circular los sectores más afines al kirchnerismo. Castells venía pensando en sumarse a la central alternativa desde hace rato.

Luego comenzaron los tanteos con los dirigentes de la central. En un programa de TV se cruzó con Micheli y le comentó su idea de incorporarse con todos los miembros del MIJD. La incorporación de Castells sería un gesto difícil de tolerar para los sectores kirchneristas pero sobre todo para Luis D’Elía, fundador de la Federación de Tierra y Vivienda. D’Elía supo integrar por muchos años la mesa nacional de la CTA. En el último congreso fue excluido de los cargos directivos por iniciativa de los más críticos con el Gobierno. D’Elía es un viejo conocido para Castells. En los últimos años se cruzaron epítetos de todo calibre.

“Prostituta del Gobierno”, lo llamó Castells a D’Elía. “Monigote funcional a la derecha”, le contestó el fundador de la FTV. En aquel momento Castells se había instalado en el barrio Che Guevara de Resistencia. Tanto D’Elía como Depetri acusan a Castells de haber tenido acuerdos secretos con Carlos Menem y, luego, con Carlos Ru-ckauf. El dirigente del MIJD contesta con duras críticas a la administración K. “Los Kirchner son un gobierno conservador y de derecha, que usa un lenguaje izquierdoso para una política liberal.”

Mediático como pocos dirigentes sociales, Castells puede sorprender con la apertura de un comedor en Puerto Madero o la incursión de su esposa, Nina Pelozo, en el programa Bailando por un sueño, de Tinelli. Imprevisible, puede dar una conferencia en la Universidad Di Tella, protagonizar un documental que es premiado en el Festival de Biarritz y al mismo tiempo cuestionar a Chávez por los “bolsones de miseria inmensos” de Venezuela.

A partir de la semana que viene sumará un pergamino más a su multifacético perfil.

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