Detenido por su participación en la Masacre de Trelew, el ex cabo Marandino declaró ante el juez. Habría desmentido la versión del supuesto “intento de fuga” sostenida por la Marina desde 1972.
El ex cabo primero Carlos Marandino, cuarto detenido en la causa por la Masacre de Trelew, declaró ayer durante cinco horas. Pese al hermetismo de las fuentes de la causa, trascendió que el marino desmintió la versión del “intento de fuga” difundida en 1972 y reiterada la semana pasada por los marinos que declararon ante el juez Hugo Sastre. Marandino habría declarado que sus superiores le ordenaron retirarse luego de abrir las puertas de las celdas para que los presos salieran al pasillo. “Sabían que iban a morir y cantaron el Himno”, agregó. Vio ingresar al capitán Luis Emilio Sosa, a los tenientes Emilio Del Real, Raúl Herrera y Roberto Bravo, único prófugo de la causa. Luego sintió ráfagas de ametralladoras y disparos aislados.
Marandino es el tercer marino que presta declaración indagatoria. Los anteriores ratificaron la versión oficial. El capitán Rubén Paccagnini, entonces jefe de la base, dijo que dormía mientras ocurrieron los hechos. Admitió haber sido el primero en ver los cadáveres, pero negó haber conocido una historia diferente a la oficial. El capitán Sosa, sindicado como uno de los fusiladores aquella madrugada, relató que daba “una perorata” cuando recibió “una toma de karate” que lo conmocionó. No alcanzó a levantar la cabeza cuando ya había “cuatro tiradores con ametralladoras PAM” disparando, dijo. Adjudicó la tarea a los entonces tenientes Bravo y Del Real y agregó: “Un cabo joven de Infantería de Marina y otra persona”. Interrogado sobre Herrera y Marandino, respondió: “Me da la sensación de que Marandino era el cabo que he mencionado”.
Marandino se enteró en Estados Unidos de la orden de detención. El martes al llegar a Ezeiza quedó detenido. Su abogado y sobrino Roberto Aguiar adelantó ayer los trazos gruesos de su declaración. “Recibe la orden de abrir los calabozos y retirarse”, dijo. Luego “escucha una discusión entre dos superiores a quienes dice no identificar”. Era “un colita” de 24 años, enfatizó. “Estuvo pocos días en ese destino: entre el 10 de agosto y el 3 de septiembre. Luego fue comisionado a los Estados Unidos, previo paso por Puerto Belgrano”, concluyó.
“Fue una declaración importante pero no voy a hacer ninguna declaración”, afirmó el fiscal Fernando Gélvez. También el juzgado mantuvo silencio. La agencia Télam dejó trascender algunas declaraciones. “Sabían que iban a morir cuando les abrimos las puertas y cantaron el Himno”, habría dicho Marandino. Mientras se retiraba vio ingresar a Sosa, Del Real, Herrera y Bravo. Luego del Himno escuchó una ráfaga de ametralladoras, silencio y balazos intermitentes con pistola. Serían los tiros de gracia relatados por los sobrevivientes. Tras los disparos, Marandino habría recibido la orden de revisar a las víctimas, aunque ante el cuadro de cadáveres y sangre se descompuso y tuvo que salir para vomitar. Antes de resolver las situaciones procesales de los cuatro imputados, el juez Sastre ordenaría un careo entre Sosa y Marandino.
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