Sáb 23.02.2008

EL PAíS  › EL PJ BONAERENSE SE ALINEO CAMINO A LA NORMALIZACION K

Un congreso a pedir de Kirchner

El PJ bonaerense apoyó la candidatura de Kirchner para encabezar el PJ nacional, amnistió a los afiliados que se habían postulado en otro partido y votó a los congresales para el encuentro nacional de marzo.

› Por Martín Piqué

Se lo veía casi escondido detrás de una puerta. Era un cuadrilátero de boxeo y estaba vacío, abandonado como un mueble corrido de su lugar que espera por la mudanza. “Gimnasio Tito Lectoure”, decía el cartel en homenaje al creador del Luna Park. La imagen del ring side medio oculto en una sala lateral era una de las primeras postales que aparecían al ingresar en el centro municipal de Tres de Febrero. El paisaje boxístico poco tenía que ver con el congreso provincial del PJ. Pero tenía su razón de ser. El anfitrión, Hugo Omar Curto, es un fanático del deporte de los puños. Suele auspiciar a boxeadores en ascenso que pelean en vivo para los programas de sábado a la trasnoche. Sin que nadie se lo haya propuesto, el cuadrilátero vacío se terminó convirtiendo en un símbolo del congreso del PJ bonaerense. Un congreso donde no hubo demasiado conflicto, salvo unos cuantos chiflidos que los organizadores intentaron disimular, y que batió todos los records de rapidez para aprobar las mociones que necesitaba Néstor Kirchner. “Esto era más divertido cuando nos agarrábamos a piñas”, comentó a Página/12 uno de los asistentes con algo de decepción.

Fue tanta la presteza con que se aprobaron las iniciativas que requería Kirchner, que muchos se quedaron con ganas de hablar, de debatir, de escuchar algún contrapunto. “Fue el congreso del PJ más corto al que asistí en mi vida”, comentó a este diario un congresal que había llegado desde La Plata. En menos de media hora se apoyó en forma unánime la candidatura de Kirchner para encabezar el PJ a nivel nacional; se aceptó modificar la carta orgánica para facilitar la amnistía de los afiliados que se habían postulado en elecciones con otro partido político, y se votó la única lista de congresales que se había preparado para el encuentro. De esa lista saldrán los 246 delegados que representarán a la provincia de Buenos Aires en el congreso nacional del PJ el 6 de marzo.

El encuentro estaba citado para las 11, un horario poco común para un congreso del peronismo. Los compromisos del gobernador Daniel Scioli y su vice, Alberto Balestrini, habían obligado a apurar el debate. Ambos estaban invitados al almuerzo con Luiz Inácio Lula da Silva que se celebraría en el Palacio San Martín. Condicionados por la agenda apretada de los dos principales asistentes, los responsables del congreso enumeraron rápidamente las mociones. Tras mencionar el número de congresales presentes (dijeron que había 610 acreditados, “una altísima mayoría”), leyeron las mociones y las sometieron a votación.

La imagen que mostraba el palco del polideportivo era una síntesis del poder del peronismo bonaerense. En el medio del escenario estaban Scioli; Balestrini; el diputado José María Díaz Bancalari, titular del PJ bonaerense hasta fin de año; el anfitrión Curto; el titular de la CGT, Hugo Moyano; el representante de las 62 Organizaciones, Gerónimo Venegas; el diputado provincial Osvaldo Mércuri, presidente del congreso provincial del partido. La postal se completaba con una escenografía perfecta, que hacía recordar las banderas agitadas por el viento que Leonardo Favio usó en Gatica, y un gimnasio embanderado de celeste y blanco.

Con su vozarrón y su afición por las frases entre campechanas y pícaras de Perón, Díaz Bancalari tuvo lo que tanto tiempo había buscado: la ocasión de volver a unir al peronismo bonaerense bajo el mando K. También logró el escenario perfecto para perdonar en público a quienes se habían puesto en la vereda de enfrente. Fue el caso de Eduardo Camaño, a quien el propio Díaz Bancalari invitó en público a subirse al palco. El auditorio entendió el mensaje y respondió con un aplauso. También hubo reconocimientos para Manuel Quindimil y los ex gobernadores Antonio Cafiero y Felipe Solá. El único mandatario provincial del PJ que no pasó por Caseros fue Eduardo Duhalde. “Nos dijo que no le interesa participar”, se limitó a decir Díaz Bancalari.

Tras las palabras de presentación, llegó el momento de votar. No hubo problemas cuando se apoyó a Kirchner para encabezar el partido. Hubo aplausos sin llegar a ovación. Distinta fue la reacción cuando el apoderado legal del PJ, Jorge Landau, propuso modificar el artículo 47 de la carta orgánica. Era un paso necesario para luego aprobar una amnistía para los afiliados que hubieran sido candidatos de otros partidos. Desde el auditorio respondieron con silbidos. A cargo del congreso, Mércuri pidió que levanten los brazos y contó sin ser demasiado puntilloso. “¡Cuenten las manos, che!”, protestó una voz anónima.

La aprobación de la lista de delegados dejó otra anécdota para la historia del verticalismo: la nómina se aprobó sin conocer los nombres de los congresales. Al momento de votar sólo se sabían los tres primeros: Scioli, Balestrini y Díaz Bancalari.

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