EL PAíS › ROBERTO LAVAGNA JUSTIFICA SU ACERCAMIENTO A KIRCHNER EN EL PJ
Con perfecta compostura, explica que él “no engañó” a sus votantes porque nunca prometió hacer “oposición rabiosa”. No quiere criticar al Gobierno, pero considera que la inflación es del veinte por ciento “en números redondos”, por lo que justifica el aumento conseguido por Moyano.
› Por Nora Veiras
Fuego, jóvenes con el torso desnudo tirando piedras. La imagen transmite caos. Contrasta y atrae en un ámbito donde todo es orden. La acuarela de Fermín Eguía sobre los saqueos del 2001 le recuerda a Roberto Lavagna en qué situación asumió como ministro de Economía de Eduardo Duhalde, allá lejos en el 2002. Ha recorrido un largo camino hasta la candidatura presidencial del año pasado con la que desafió a Cristina Fernández de Kirchner. Un camino que hace apenas quince días lo depositó de vuelta al lado del ex presidente Néstor Kirchner para normalizar el Partido Justicialista. Una decisión que lo sacó de un rol de alternativa opositora. En diálogo con Página/12 repite que sigue pensando lo mismo que criticó durante la campaña. Respecto de la manipulación de los índices del Indec, estima que la inflación ronda el 20 por ciento. En el estudio en que recaló cuando Kirchner lo desplazó del manejo de la Economía, a Lavagna se lo ve decidido a dar sólo batallas internas en el peronismo.
–Pasaron dos semanas del acuerdo con el ex presidente Néstor Kirchner, ¿cuál fue el beneficio para usted de ese acuerdo?
–Como yo, la verdad, no razono en esos términos, me resulta imposible contestarle. Le puedo decir que en 2002 asumí un riesgo muy grande, había mucha gente que huía en ese momento, una situación muy grave en el plano económico-social, y creo que pusimos en marcha un modelo económico con implicancias sociales que ha resultado para Argentina claramente positivo. Ahora asumo un riesgo en lo político-institucional, un campo que puede ser tan complejo como la economía, y lo hago porque creo que si queremos fortalecer un modelo de crecimiento y desarrollo en la Argentina es esencial complementarlo con decisiones fuertes en materia institucional.
–El ex presidente Raúl Alfonsín dijo que usted había defraudado a los 3,3 millones de personas que lo votaron, ¿qué le responde?
–Es muy sencillo, todas y cada una de las partes de lo que fue mi programa para la campaña siguen absolutamente vigentes, de manera tal que a quienes me votaron, a los 3,3 millones, les digo ‘miren, no se dejen manipular por histerias de distinto tipo o por posiciones interesadas, miren lo que va a ser mi posición, lo que viene siendo en estas dos semanas, la página web está ahí, y van a ver que mi posición sigue siendo exactamente la de la campaña’. Voy a seguir ratificando plenamente todo en temas económicos, sociales, institucionales y de política exterior. De manera que si uno cumple con su programa, cumple con los que lo votaron.
–¿Se sigue pensando como una alternativa electoral?
–Las elecciones acaban de terminar. No se puede vivir en elecciones permanentes, ése ha sido uno de los problemas de los últimos dos años, las sociedades no pueden vivir en etapa electoral, tienen que tener momentos en que puedan enfrentar con serenidad y seriedad los desafíos que tienen.
–¿Esto quiere decir que en caso de que le lleguen a ofrecer algún puesto en el Ejecutivo nacional aceptaría?
–No está previsto para nada. Con el ex presidente hablamos exclusivamente del justicialismo. En todo caso lo que hay es una decisión –que dos personas comparten– de rescatar el justicialismo. Esta fue la primera elección en la que el justicialismo no tuvo ningún candidato a presidente. Como dije durante la campaña, parte de los problemas institucionales es que no hay partidos políticos y, en particular, el partido más grande, que es el nuestro, el de Kirchner y el mío, al estar en un congelador congela toda la actividad política. En la medida en que uno recupere el justicialismo lleva al resto de los partidos –uno lo ve con el Frepaso, el socialismo, la UCR– a replantearse su propio papel. De manera tal que un justicialismo institucionalizado es un justicialismo que empieza a resolver uno de los problemas institucionales del país.
–¿Va a ir como uno de los vicepresidentes del justicialismo?
–Jamás discuto cargos. Tuvimos dos reuniones que son públicas, además. Nadie dijo que no lo hicimos todo a la luz pública, sin cosas escondidas, secretas, a algunos les duele que los agarró distraídos.
–Nos distrajeron.
–O alguien los distrajo. En esas dos reuniones hablamos estrictamente del justicialismo y del papel de un partido democratizado, con equipos técnicos permanentes, con más juventud, con una mayoría a la que hay que reconocer, porque, es obvio, lo votó la gente, pero también con una primera minoría que es nuestra posición. Esto nos hemos reconocido mutuamente.
–¿A Eduardo Duhalde lo ve adentro de esa estructura?
–A todos, a todos. Yo espero a todos, pero, bueno, ésas son decisiones personales. Lo mismo pasa con la gente de San Luis y demás. Yo veo a todo el mundo adentro.
–¿Cree que va a haber elecciones internas?
–Al día de hoy no lo sé.
–¿Qué sería mejor para usted en términos de la normalización del partido?
–A las elecciones no hay que tenerles miedo nunca, si se dan me parece que sería natural. Obviamente llegar a elecciones tiene una serie de requisitos, incluso financieros, no todo el mundo puede cumplir. Nosotros, por ejemplo, no lo hubiéramos podido hacer. Acaban de publicarse las cifras oficiales, nosotros gastamos la mitad de lo que gastó la Coalición Cívica y doce veces menos de lo que gastó la candidata de Gobierno. No es un problema de voluntad política nada más, es un problema de realismo, no tendríamos capacidad financiera para enfrentar una elección y como se abre esta alternativa que plantea el ex presidente, de respeto de la disidencia y las minorías, es un buen sustituto a lo otro.
–A mediados del año pasado, usted dijo que en el PJ hay un ala derecha vinculada a los ’90, otra populista con tintes de izquierda trucha y un peronismo de centro con un compromiso con la justicia social...
–Así es, sigo pensando exactamente eso y con gran alegría debo decir que el ex presidente dijo que hay que ubicar al PJ en un espacio centro-progresista. Después, está en la tradición del peronismo, se pueden buscar frentes y demás pero desde el partido y no a pesar del partido.
–En esa descripción usted ponía al kirchnerismo en la izquierda trucha.
–Sí, lo veía con actitudes populistas –lo dije muchas veces durante la campaña–, que me parecía que esa visión transmitida a la acción de gobierno iba a generarnos algunos problemas, ejemplo la inflación.
–¿Y hoy ya no lo ve así?
–Ah no... Hoy veo un ex presidente que pasa a la idea de rescatar al Partido Justicialista, lo define en el centro-progresista, lo define como un partido democrático con posibilidad de disentir y en torno de esto nos pusimos de acuerdo.
–Y en torno de temas que usted cuestionó, como la inflación y la manipulación del Indec...
–Todo igual.
–¿Qué salida le ve a eso, entonces?
–Ah no, no, mire, si yo me pusiera a decir qué es lo que yo haría hoy, generaría interferencias con quienes tienen la responsabilidad, que son los ministros. Sobre esto digo lo mismo que dije durante la campaña: la inflación es un problema, hay que bajar la inflación y subir la inversión.
–En la resolución del tema del Indec, ¿cree que se está avanzando o no?
–Creo que hay que reincorporar al personal.
–Esta semana aparecieron dos temas que lo involucran directamente: uno es el proyecto de desgravación impositiva para pymes, que usted impulsó, y la disputa entre Economía y Planificación por quién va a manejar el tema...
–No pretenderá que yo me meta en esa puja, allá ellos. Lo que importa es esa ley en términos de aumentar inversiones, que es una cosa que decía que hace falta. Me alegro mucho de que se haya tomado la decisión de llevarla a sesiones extraordinarias, después espero que se aplique como se debe. Quién la aplica es cuestión del Ejecutivo en la que no me meto.
–¿En su proyecto estaba que la manejara Economía?
–En el proyecto original todo lo que tenía que ver con el sector industrial o agropecuario era analizado en Economía y aprobado en última instancia en Economía. Lo que tenía que ver con obra pública, el análisis inicial se hacía en las áreas respectivas según fuera vivienda, transporte, y la resolución final era de Economía, pero con un análisis previo y una recomendación del organismo involucrado.
–Usted en las últimas elecciones porteñas apoyó en el ballottage a Mauricio Macri y para justificarlo explicó que Xiaoping dijo que no importa si el gato es blanco o negro, sino si caza ratones...
–Yo dije que esa no era una decisión ligada a cuestiones ideológicas, porque en el mismo momento en que dije eso sobre la ciudad de Buenos Aires, reiteré mi apoyo a Binner en Santa Fe, es decir que tenía que ver con otro criterio, que es que los gobernadores tienen que ejercer plenamente, no pueden ser meros delegados del Poder Ejecutivo. Me parecía que entre los dos que estaban en el ballottage la mayor independencia estaba en quién en definitiva ganó. No tiene que ver con cuestiones ideológicas, sino con la necesidad de fortalecer un federalismo muy debilitado.
–Volviendo a Macri, ¿está cazando ratones?
–La presidenta Cristina Kirchner, Binner, Capitanich, Fabiana Ríos, tiene todo Frente para la Victoria, socialismo, PRO de derecha, ARI, démosle un poquito de tiempo, no hace noventa días que asumieron. Terminemos con esa oposición de perro rabioso, porque en definitiva todos estamos en el mismo bote, no se trata de agujerear el bote para hundirnos. Se trata de contribuir, criticar cuando hay que criticar, apoyar cuando hay que apoyar.
–Al haberse amigado con Kirchner, ¿no dejó a la oposición en manos de Elisa Carrió, esa oposición rabiosa, como la llama?
–(Piensa.) Yo me presenté a las elecciones como una alternativa y no como una oposición rabiosa. Sigo pensando que en democracia tiene que haber una alternativa, pero yo no puedo dejar de usar la posibilidad, que se crea de rescatar al partido más importante de Argentina, que es mi partido de siempre, para hacerme cargo de cubrir a la oposición; en todo caso esperemos que los que quieren ser oposición, no rabiosa sino constructiva, también se organicen. Nosotros vamos a ser PJ diferenciado.
–¿Estuvo con la Presidenta cuando fue a Olivos?
–No, no.
–¿Qué le diría?
–Si estoy en algún momento será porque hay una invitación y entonces escucharé de qué quiere hablar la Presidenta. De la misma manera que yo fui a esta reunión a escuchar lo que el ex presidente tenía que decir. Esto no termina acá, esto empieza acá.
–Kirchner gobernó durante cuatro años sin el partido, ¿qué le parece que lo lleva a reflotar esa herramienta?
–Ah..., no me pida que responda por él.
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