–El Gobierno acaba de acordar un aumento salarial con Hugo Moyano del 19,5 por ciento. ¿Usted cree que esto va a ser un techo o que los índices reales de costo de vida pueden disparar más los reclamos?

–Valores del 19,5 más una serie de sumas fijas que también están, más la incorporación al básico de alguna suma que era no remunerativa y que al incorporarse implica un aumento del porcentaje, está en un porcentaje de aumento de salario del orden de lo que es la inflación real, de manera tal que me parece que es un acto de realismo. Tampoco uno puede pretender que los salarios se ajusten por la inflación del Indec, porque esto implicaría una fuerte caída de los salarios. Me parece bien que haya habido prudencia. Hay que mantener el valor de los salarios y de las jubilaciones, protegidos en términos de capacidad de compra. Yo le recuerdo que el punto número uno del modelo económico que empezamos en abril del 2002 y cambió respecto de los últimos treinta años, es que el consumo es el motor del crecimiento y para eso tiene que haber poder para consumir.

–Es decir que para usted la inflación ronda el 20 por ciento.

–Sí, es lo que dije durante la campaña. Hoy hay quienes hablan de un poco más, en grandes números ronda el 20 por ciento.