Frente a la reacción de buena parte de los medios de comunicación ante el Observatorio de la Discriminación en los medios –que impulsa el Gobierno–, el director del periódico Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, sostuvo que “ellos siempre pregonan la libertad de información, pero quieren ejercer un poder mediático sin contrapoder”. El escritor y periodista fue el impulsor original del Observatorio Internacional de Medios en el Foro Social de Porto Alegre de 2002 y sostuvo que desde entonces la mayoría de los grandes medios de comunicación reaccionaron con “prudencia y desconfianza”. Ramonet explicó que la idea nació ante permanentes críticas de los ciudadanos –entre ellos, muchos periodistas– al funcionamiento de los medios. “Descubrimos que sentían que la idea apuntaba a una tentativa de fiscalización, una especie de tribunal de medios”, recordó Ramonet, quien advirtió que “así lo denunciaron algunos, aunque no todos. Los más inteligentes, no.” “Puede verse que los medios en realidad piensan en sus intereses de empresa sin preocuparse por las cuestiones cívicas. Sólo muestran el deseo de aumentar poder económico y en algunos casos generan enormes grupos de escala planetaria, con desaprensión por los reales intereses de la sociedad”, dijo. Comparó el observatorio de medios con una asociación de defensa al consumidor: “Sería como ir a un kiosco a pedir un periódico sin mentiras, como se pide un producto sin pesticidas”.