EL PAíS • SUBNOTA › LA MOVILIZACIóN DE LUIS D’ELíA DEPENDE DE LA RESPUESTA RURALISTA
El líder de la Federación Tierra y Vivienda, convertido en la cara más confrontativa del kirchnerismo, defiende su estrategia, se diferencia de la estructura del PJ y asegura que tiene una muy buena relación con el jefe de la CGT.
A lo largo del lockout se perfiló como el hombre visceral, cuestión por la que cosechó más iras que adeptos. Lo cierto es que Luis D’Elía no se caracteriza por ser un constructor de consensos. El lo sabe y redobla la apuesta al reivindicarse como “políticamente incorrecto”. Es que su juego, a diferencia de los progresismos que según él se “limitan a administrar”, rehúyen al debate y “hacen surf sobre la derrota cultural”, es apelar a las tensiones para que las capas medias salgan de su “falsa neutralidad”. En esta entrevista, con tics gramscianos el titular de la Federación Tierra y Vivienda les habla a las capas medias y propone una batalla de ideas que dé por tierra con la “derrota cultural que es la secuela del terrorismo de Estado que generó miedo y del modelo neoliberal-conservador que generó egoísmo”. A la par, defiende su postura de no encolumnarse dentro de la estructura del PJ: “Después del 25 marzo, para Kirchner el peronismo es una táctica, no su estrategia”, explica. Fiel a su estilo, D’Elía confirma que hoy se reunirá con otras 25 organizaciones sociales junto a las que, dependiendo de la reacción de los ruralistas, se volcarán a las rutas para hacer frente a los piquetes verdes.
–¿Van a salir a las rutas?
–Todo depende de cuál sea la actitud del campo. Si en un acto de racionalidad levantan las medidas, no saldremos. Ahora, si las profundizan y sigue habiendo desabastecimiento de carne, iremos a las rutas a hacer campamentos, pondremos 300 puestos de difusión en todo el país y en La Matanza nos instalaremos de manera permanente y por tiempo indeterminado. Sea como fuere, las acciones las debatiremos mañana (por hoy) a partir de las 14 en un plenario de delegados de más de 25 organizaciones en el Bauen.
–En el primer lockout, los encargados de confrontar con los piquetes rurales fueron los camioneros. Y ayer, en la cancha de Almagro, Hugo Moyano advirtió que podrían volver a movilizar un millón de trabajadores. ¿Su organización mantiene conversaciones con la CGT?
–Hablé con él hace dos semanas y hay un buen diálogo con la intención de coordinar acciones.
–¿Podría adelantar algo más?
–Lo que charlamos no corresponde al ámbito público, sólo diré que no descarto iniciativas conjuntas.
–Desde aquel martes de la trompada se convirtió en el demonio de la clase media y los medios. Entre los suyos, ¿le pidieron más diplomacia?
–Yo soy políticamente incorrecto. Es que tengo una visión distinta a la de (Aníbal) Ibarra sobre cómo se encara la “derrota cultural”.
–¿Derrota cultural?
–Tengo una teoría y ando pensando en publicar un libro sobre eso. Sería algo así: La “derrota cultural” es la secuela del terrorismo de Estado que generó miedo y del modelo neoliberal-conservador que generó egoísmo. Eso sumado da la “derrota cultural”. Respecto de este fenómeno, están los que como Ibarra o Carlos “Chacho” Alvarez creen que se sale no debatiendo, no pensando ideas, haciendo surf arriba de esa derrota y construyendo los consensos que se puedan. Su límite es la administración.
–¿Y cuál sería entonces su propuesta?
–Hoy en día, en América latina está naciendo otra visión de cómo se encara este fenómeno. El paradigma es Hugo Chávez que desde el nacionalismo popular propone debates, tensiona y apuesta por una visión ideológica distinta. Insisto en enviarle un mensaje a los Ibarra y los Alvarez: la visión progresista de abordar esta “derrota cultural” se fue en helicóptero con De la Rúa.
–Desde ese sector le dirían que sus estridencias no hacen más que perder a las capas medias urbanas. Usted, concretamente, ¿qué propone para ganarlas?
–En la clase media hay de todo. Están los que apoyan al campo, los que están con nosotros, los que dicen uf, basta, pónganse de acuerdo. Y hay un cuarto sector, que son inimputables, que se quedan al margen del mapa. El escenario general es de fragmentación. Nosotros, mientras tanto, proponemos debates y alternativas. En la Argentina, a partir de lo que fui hablando, se vuelve a discutir sobre la oligarquía, el monopolio, el oligopolio, la xenofobia. Son todos debates que causan disgusto y rechazo, pero que ayudan a que las capas medias salgan de esa falsa neutralidad. A su vez, hoy el kirchnerismo está volviendo a lo que indica el manual justicialista de unir al pueblerío con la clase media
–Hablando de peronismo, ¿cómo vio la asunción de Kirchner?
–Por un lado, me encantaron (Juan) Cabandié y (Jorge) Capitanich, dos discursos excelentes. En cuanto a lo que dijo la Presidenta, me pareció central su convocatoria a la construcción de un movimiento nacional y popular y a una coalición más amplia.
–No fue a Almagro y ya anunció varias veces que no se encuadrará en la lógica del PJ. ¿Cuál es su estrategia?
–Mi estrategia es la de Kirchner. Para él el partido es la táctica, no la estrategia.
–¿Está seguro?
–Era su estrategia hasta el 25 de marzo, estamos convencidos de que ahora es sólo una táctica
–La CTA está en intensos debate internos. ¿Cómo la ve usted?
–La situación es compleja. El escenario actual es de debate entre los sectores como el de De Genaro que apoyan el lockout y la unión entre la Sociedad Rural Argentina, golpista y nefasta, y la Federación Agraria Argentina, y los que venimos apoyando este proceso no exento de contradicciones, contramarchas e impurezas. Pero que quede claro, a pesar del autoritarismo de De Genaro, yo nunca dije que me iba.
Entrevista: Diego González.
En el mediodía de ayer, dos movilizaciones de organizaciones sociales kirchneristas tuvieron como destino la sede de la Sociedad Rural ubicada en pleno microcentro porteño. Alertada por las convocatorias, la policía levantó dos vallados sobre la calle Florida: uno sobre Corrientes y otro sobre Lavalle. De un lado estaban los militantes de Libres Del Sur, entre ellos Humberto Tumini y la diputada nacional Victoria Donda. Del otro, unos 50 militantes del Frente Barrial 19 de Diciembre que realizaban un acto de propaganda “en apoyo del gobierno nacional y contra el monocultivo de la soja”, repartiendo a los transeúntes soja y sandwichs de milanesa. A las 11.30, el titular de la SRA, Luciano Miguens, se retiró del edificio y partió rumbo a Lavalle. Allí se topó con los manifestantes del Frente Barrial 19 de Diciembre, que lo increparon e insultaron. Así fue como, en el tumulto, Miguens recibió empujones y patadas. Al cierre de esta edición, el presidente de la SRA no decidió si iniciará acciones legales contra el agresor, que todavía no fue identificado.
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