Néstor Kirchner sigue cosechando apoyos en la puja del gobierno con las cuatro entidades agropecuarias. Ya lo había hecho la semana pasada primero con el peronismo y luego con los movimientos sociales afines. Ayer fue el turno de la heterogénea Concertación Plural que, aún sin haber alcanzado un definitivo documento conjunto, hizo manifiesta su adhesión al Ejecutivo. El encargado de dar a conocer la postura del sector fue el vicepresidente Julio Cobos que, aunque sin mucho entusiasmo, reconoció haber recibido una nota de los intendentes radicales K del interior que sobreviven este conflicto tironeados entre su filiación política y las protestas cotidianas para que “recupere los buenos oficios para volver al sendero del diálogo”. Sin embargo, más allá del tono conciliador, solicitó a los ruralistas que “depongan sus actitudes que afectan a toda la sociedad”, convocó al encuentro “pero sin condicionamientos” y deslizó una crítica a los modos que adoptó la negociación: “Necesitamos hablar con la verdad, ser sinceros y respetar los códigos de la conversación”.

La reunión había sido convocada para las 18 en el céntrico hotel Panamericano. Los más de cien representantes de las distintas fuerzas políticas fueron llegando paulatinamente. Mientras, en las afueras, militantes de Libres del Sur, bombos y banderas mediante, le daban al acto un toque de liturgia. Adentro, tres jóvenes con diferentes listas tenían la difícil tarea de contener a la marea humana que buscaba incesantemente un lugar o argumento para colarse.

La primera reunión fue de la “mesa chica”, en el piso 19. Allí, informalmente Kirchner conversó con los dos sectores que conforman la concertación plural: el radicalismo K y los muchos partidos de centroizquierda que se encolumnaban en aquella primera transversalidad. Las diferencias salieron a flote velozmente. La puja fue por los matices del documento que pretendían consensuar. Mientras el socialismo, Libres del Sur y el Partido de la Victoria hablaban de “desestabilización” y un plan de acción que permitiera poner entre cinco y diez mil mesas en todo el país para explicar en tono llano el porqué y el cómo de las retenciones, la UCR K aspiraba a un texto más conciliador. Los acuerdos llegaron a un documento que ninguno de los dos espacios terminó de reivindicar.

Al término de dicha reunión –que se postergó más de lo previsto–, el ex presidente junto al jefe de Gabinete, Alberto Fernández; al gobernador del Chaco, Jorge Capitanich; el de Entre Ríos, Sergio Uribarri, y el de Buenos Aires, Daniel Scioli, bajaron al entrepiso donde se reunieron a puertas cerradas con los demás sectores y representantes. En un amplio salón, ante más de un centenar de asistentes, Cobos dio un breve discurso. Luego, con sus ya famosos y pedagógicos powerpoint, Fernández detalló los pormenores técnicos del conflicto en torno a las retenciones. Finalmente, Kirchner le dio el toque político: “Ya no tienen la bayoneta, pero algún fierro mediático les queda”, dicen que dijo, para luego insistir en que con la actual disputa “lo que se está discutiendo es la rentabilidad extraordinaria”.

Los radicales K habían tenido un encuentro previo en el despacho que Cobos utiliza en el Senado. La agenda a tocar fueron las incipientes señales de disidencias internas por parte de los jefes comunales que empiezan a resentirse en su apoyo local y las perspectivas de un alejamiento definitivo de la UCR con el objetivo de conformar el Partido de la Concertación. Del encuentro participaron cerca de una veintena de dirigentes, entre ellos, los gobernadores Arturo Colombi de Corrientes y Miguel Saiz de Río Negro, el titular del Sistema de Medios Públicos, Gustavo López, y los intendentes Enrique “Japonés” García, de Vicente López; Mario Meoni, de Junín, y Héctor Gutiérrez, de Pergamino. Al hotel Panamericano lo acompañaron Saiz y García, al tiempo que se sumaron el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora y el intendente de San Isidro, Gustavo Posse.

Entre el centenar de personas que desfilaron por las alfombras del lujoso hotel se destacaban por el Frente Grande su titular, Eduardo Sigal, y la ministra de Defensa, Nilda Garré; los socialistas Oscar González y Raúl Puy, por el Partido de la Victoria la ministra de Salud, Graciela Ocaña, y Vilma Ibarra, Humberto Tumini por Libres del Sur, María José Lubertino por Espacio Abierto. También dijeron presentes el gobernador de Neuquén, Jorge Sapag; el ex arista intendente de San Martín, Ricardo Ivoskus, y el de la ciudad de Córdoba, Daniel Giacomino.

Informe: Diego González.