EL PAíS • SUBNOTA
Ricardo Delgado, economista de Ecolatina
“No creamos que cambiando el índice se soluciona el tema inflacionario en el país. Con el reemplazo del IPC se ha dejado pasar una importante oportunidad de empezar a sincerar el principal problema económico de este gobierno. Se encaró un cambio metodológico para sincerar la inflación y no se ha hecho. La cifra de mayo, calculada por la consultora, se ubicaba en 1,6 por ciento, bastante por encima de la oficial. Para junio, el número estará en esa línea. Ambos son meses relativamente tranquilos y no ha habido un arrastre significativo. Del comunicado de prensa del Indec se constata que la información es todavía más escueta que la anterior, cuando tendría que ser más expeditiva siendo que se utiliza una nueva metodología. En el indicador se observan varias cosas: se toma la mitad de los bienes y servicios de la canasta anterior. La cantidad es incluso menor a los 520 que tenía en 1988. Por ahí 800 eran muchos, pero menos que hace 20 años no está bien. El Gobierno aseguró además que sólo incluirá rubros de consumo del estrato medio y bajo de la sociedad, y lo estimó en dos terceras partes. Esto quiere decir que queda una tercera sin relevar. Y finalmente es reprochable que no publiquen los precios absolutos. Se podría haber hecho algo más sustancial y profundo, pero no fue el caso.”
Eduardo Curia, economista
“En rigor, en cuanto a la metodología y a la búsqueda de un universo de bienes más acotado, que refleje niveles de ingreso también más acotados, con una relativización de los bienes suntuarios, no está mal. Tampoco está mal que haya un tratamiento más fino de las estacionalidades, con promedios móviles. Lo que pasa es que el test principal lo va a dar la credibibilidad que le dé la gente, que perciba el precio de los bienes populares y que los relevamientos sean concretos. Esa va a ser la prueba ácida. El índice comienza ya con cierta sospecha y lo definitorio va a ser la percepción. Una pauta de si los actores económicos tomarán el número como vara de referencia será la próxima negociación salarial. Si uno tiene este tipo de índices, tendría que utilizarlo para discutir salarios. Hasta el momento, ni se toma en cuenta. El piso de incremento duplicó la inflación oficial e, incluso, el Ministerio de Trabajo respaldó ese mínimo. Por lo pronto, el número que arrojó el flamante IPC parece lógico, por el propio perfil del indicador, que toma ciertos sectores y círculos de influencia en su relevamiento. No obstante, la credibilidad se la va a dar la gente.”
Miguel Bein, Consultora Bein & Asoc.
“Mi percepción ya era que iba a ser baja la tendencia para este mes, muy por debajo de 0,9 o el 1,0 por ciento del que se hablaba. Incluso, para junio se prevé un 0,4, debido a que el incremento en los colegios privados no se va a repetir y no va a haber suba en indumentaria. El número va a servir además para bajar las expectativas de los que aseguraban que la inflación de este año se ubicará por encima del 30 por ciento. Se habló hasta de un 36. Pero esa misma encuesta tuvo que revisar el número a la baja. Para junio jugará favorablemente el precio de la carne. Las heladas de la época impiden el engorde de los animales, por lo que son llevados a faena, y eso mantiene muy quieto los precios. Todo esto va a dar una inflación todavía más baja que la de mayo. El lockout no tuvo finalmente un impacto demasiado significativo en el costo de vida, aunque sí lo tuvo la baja del dólar. La caída de la divisa, de 14 centavos, tuvo un importante efecto deflacionario, en especial en productos importados. El nuevo índice de precios es sencillo, pero, para los economistas, tiene información insuficiente, como la falta de los cuadros con los items que integran la canasta y sus precios absolutos.”
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