EL PAíS • SUBNOTA › LA IMPRESIóN DE LOS RADICALES K
› Por Sebastian Abrevaya
“La reunión debe haber sido muy dura”, especularon ayer los propios cobistas apenas terminó le reunión entre Julio Cobos y Cristina Fernández en la Casa Rosada. Los más allegados al vicepresidente tuvieron que esperar hasta entrada la noche para conocer algún detalle y entonces confirmaron su percepción inicial. La mayoría, en cambio, debió conformarse con la poca información que brindó el jefe de Gabinete, Sergio Massa, en conferencia de prensa.
Cobos estaba por viajar a su provincia para concurrir al velatorio del padre de la novia de su hijo cuando le avisaron que la Presidenta lo recibiría y decidió postergar su vuelo por unas horas. Apenas se enteró de la audiencia, hizo un par de llamados a los radicales con los que se juntó el lunes pasado en su despacho del Senado. “Y bueno, le voy a plantear lo que resolvimos”, le dijo a uno de ellos.
En su vuelta a la política tras su descanso en la montaña, Cobos y los radicales K decidieron ponerle fin a la incertidumbre sobre la Concertación Plural: o Cristina Fernández manifiesta explícitamente la voluntad de continuar con la coalición de gobierno o los que no tienen cargos electivos renuncian, concluyeron. Ese fue el espíritu que llevó el vicepresidente al encuentro, matizado por su diplomacia mendocina. “Creo que fue una reunión dura, pero me parece bien. Estaría más preocupado si hubiese terminado como esas reuniones en las que se sacan fotos a los abrazos y salen a decir que ya está todo arreglado”, confesó un hombre muy cercano a Cobos.
Los cobistas tienen varios reclamos para el Gobierno que arrastran previo al conflicto con las entidades rurales. Tras la votación del vice en contra del proyecto de retenciones móviles y el fin del monopolio de la agenda política por parte del agro, los radicales k retomaron aquellos planteos, conscientes del nuevo escenario político. Con el aumento del peso político y la imagen de Cobos a su favor, exigen más participación en la gestión y ser tenidos en cuenta a la hora de tomar decisiones. Los radicales K consultados por PáginaI12 coincidieron en que el encuentro con Cristina no fue en los mejores términos. Sin embargo, no hubo sorpresa.
Además del pedido de una definición, Cobos acordó con los radicales K una agenda de temas para trabajar. Si el Gobierno les da señales de continuar con la Concertación, van a ponerlos sobre la mesa para que sean estudiados por el oficialismo. “Lo que resolvimos fue trabajar sobre la inflación, la creación de un fondo para los municipios, analizar la política de retenciones y subsidios, una nueva ley de Educación Superior, modificar el impuesto al cheque”. Los radicales esgrimen que su intención es integrar un gobierno “en conjunto, no en los cargos sino en las decisiones”.
Después de recibir el miércoles al titular de la Federación Agraria de Entre Ríos, Alfredo De Angeli, y al diputado Felipe Solá, quien encabezó la rebeldía en el bloque del Frente para la Victoria, el vicepresidente tuvo ayer una agenda mucho más tranquila. Sólo se reunió con el intendente de Merlo, Sergio Guardia, y estuvo acompañado por el intendente de Junín, Mario Meoni. Antes de que se conociera el motivo de su viaje a Mendoza, se especulaba con la posibilidad de que la reunión hubiese sido muy negativa y Cobos pasara el día en su provincia, aprovechando la visita de Solá organizada por un integrante peronista de la Concertación. Sin embargo, cerca del vice aseguraron que hoy por la mañana estaría de vuelta en Buenos Aires.
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