Felipe Solá dio otro paso más hacia la ruptura en su conflictiva relación con el bloque oficialista en la Cámara de Diputados. Ayer renunció a la presidencia de la Comisión legislativa de Ciencia y Tecnología y envió otra dura carta a la conducción de la bancada K. Allí critica la falta de solidaridad de sus compañeros de bloque ante la “agresión” que sufrió en la Universidad del Comahue (Neuquén), adonde fue a disertar pero lo recibió el escrache de la organización HIJOS, por su “responsabilidad política” en los asesinatos de los piqueteros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki y la desaparición del testigo Julio López. Los colaboradores de Solá reconocieron las dos misivas y sus respectivos contenidos. Consultados sobre las cartas, desde el bloque K aseguraron que el presidente del bloque, el santafesino Agustín Rossi, había sido “el primero en llamar a Felipe para solidarizarse, porque el propio Rossi había sufrido un escrache” en su casa durante el conflicto con los ruralistas, al igual que el presidente de la comisión de Agricultura, el cordobés Alberto Cantero. Pero insistieron en que en ninguno de los casos anteriores tampoco hubo pronunciamiento público como bloque oficialista. En cambio, prefirieron no opinar sobre la renuncia de Solá a la Comisión de Ciencia. En el bloque K predomina la convicción de que los díscolos no deberían presidir las comisiones reservadas al oficialismo, aunque tampoco habían cargado contra ellos.