EL PAíS • SUBNOTA
Martín Hourest *
“El proceso de las AFJP fue tomar de rehenes a los trabajadores en relación a la valorización de capitales. Los grandes ganadores fueron los empresarios. El mecanismo en sí es malo y con la crisis que vive el mundo estas deficiencias salieron a la luz. Se hizo insostenible desde el punto de vista financiero y por los grandes costos de mantenimiento. Ahora se debe cambiar a un sistema que sea previsible, generoso y solidario, con una marcada presencia del Estado y que no dependa sólo de la valorización de capitales. Debe ser un sistema universal, con aportes estatales y de las personas, regulado por una entidad competente y que no quiera sacar ventajas. Un acuerdo social intergeneracional pero no de especulación financiera y generador de riquezas. Otra cosa que se debe hacer es restituir los aportes patronales de las medianas y grandes empresas, pero dejando de lado a las pymes que son las grandes generadoras de empleo.”
* Economista de CTA y legislador porteño.
Rogelio Frigerio (nieto) *
“Esta reestatización del sistema de haberes jubilatorios no es comparable con la de los otros servicios públicos como AySA o Aerolíneas Argentinas. Las diferencias se basan en que en este punto la implicada es la sociedad entera. La reforma impulsada por Domingo Cavallo y llevada a cabo por el gobierno del ex presidente Carlos Menem estuvo mal instrumentada desde el primer momento y el tiempo lo probó. Lo que ahora se trata de hacer es corregir algo que siempre critiqué. Con la crisis financiera internacional salieron a la luz los problemas que estas empresas tienen y la falta de respuesta para con sus asociados. Las AFJP nunca fueron un buen sistema para los usuarios, pero sí un gran negocio para los bancos y compañías de seguros. Las empresas obtuvieron altas rentabilidades sin dar nunca una prestación a cambio, y la única perjudicada fue la gente.
* Economista de la consultora Economía & Regiones.
Benjamín Hopenhayn *
“Las AFJP no resultaron como sistema de formación de capitales por dos motivos esenciales: por las circunstancias de la economía argentina y mundial y por los grandes gastos administrativos. Las empresas nunca pudieron cumplir con sus objetivos y la crisis que existe hoy en el mundo lo dejó en evidencia. Las AFJP también fracasaron desde el punto de vista social, ya que nunca le dieron una respuesta adecuada a los usuarios. La apertura comercial y financiera del modelo neoliberal no coincide con la idea de sociedad y solidaridad que debe tener un sistema de jubilaciones. Los únicos beneficiados fueron los bancos y las compañías de seguros que durante todos estos años hicieron grandes negocios con la plata de la gente. Desde mi punto de vista, esta reforma era necesaria. Es deber del Estado actuar como árbitro y regulador de la distribución de haberes de la sociedad, garantizar una óptima gestión del sistema jubilatorio y extender sus beneficios a todos los usuarios.”
* Economista del Plan Fénix.
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