Los cambios comenzaron con el alejamiento de Héctor Capaccioli y su reemplazo por el moyanista Juan Rinaldi en la Superintendencia de Servicios de Salud. Pero no terminan allí. Al apartamiento de Capaccioli, un hombre de estrecha confianza del ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, ahora se le sumará el cambio de funciones de otro de sus hombres en el Gobierno: el actual secretario de Relaciones Institucionales de la Jefatura de Gabinete Claudio Ferreño. Aunque permanecerá en el Gobierno con otra tarea, Ferreño ya sabe que deberá abandonar su función. Lo reemplazará el ex senador bonaerense Juan Amondarain, quien hasta hace días se desempeñaba como representante de la provincia ante el Ente Regulador de Agua y Saneamiento, controlador de la estatizada AySA. Amondarain asumirá como secretario de Relaciones Institucionales y su desembarco en el Ejecutivo tiene un padrinazgo bien nítido: el del jefe de Gabinete, Sergio Massa, sucesor de Fernández.

La llegada de Amondarain a la Jefatura de Gabinete venía siendo impulsada por Massa desde hace semanas. Amondarain y Massa se conocen de la Legislatura bonaerense: el (licenciado) intendente de Tigre fue electo diputado provincial en 1997, Amondarain fue senador bonaerense desde 1991 y por cuatro períodos consecutivos. El futuro funcionario de la Jefatura de Gabinete fue hasta hace poco tiempo un hombre muy cercano al ex gobernador Felipe Solá. Por eso, para el Gobierno la incorporación de Amondarain implica un mensaje a varios destinatarios a la vez. Su nombramiento refuerza el progresivo apartamiento del albertismo, pero también encierra un gesto adverso hacia Solá. Desde que el ex gobernador anunció su alejamiento del oficialismo, la Casa Rosada ha salido a buscar a sus ex colaboradores para nombrarlos en cargos ejecutivos.

El primer caso se produjo con el ex ministro de Justicia bonaerense Edgardo Di Rocco. Otrora muy allegado a Solá, Di Rocco fue designado en la Secretaría de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior. En esa cartera se desempeña un viejo conocido de Solá, nada menos que su ex ministro de Gobierno, Florencio Randazzo. Al igual que Di Rocco, Amondarain también deja atrás un pasado felipista. A partir de ahora se desempeñará como secretario de Relaciones Institucionales, cargo desde el que pretende afianzar la relación con los intendentes. Con 16 años de experiencia como senador bonaerense, Amondarain asegura ser una garantía para profundizar los vínculos con el conurbano. Además de buena relación con Massa, Amondarain también llega con el guiño de otro jefe de Gabinete: el bonaerense Alberto Pérez, histórico colaborador de Daniel Scioli.

La asunción de Amondarain no es la única novedad que pretende Massa. Uno de sus colaboradores de siempre, Pablo Fontdevila, podría desembarcar en la Superintendencia de Servicios de Salud por debajo de Rinaldi. Fontdevila y Massa se conocen desde hace muchísimos años: juntos colaboraron con la precandidatura presidencial de Ramón “Palito” Ortega y también juntos lo convencieron de que bajara su postulación y aceptara ser el compañero de fórmula de Eduardo Duhalde.