“Durante 2008 las empresas argentinas repartieron más dividendos que nunca en los últimos 18 años”, destacó ayer Cristina Fernández durante la presentación del paquete de medidas para el campo. La Presidenta aprovechó el acto para describir una situación económica mucho más esperanzadora de la que presentan gurúes de la city y dirigentes de la oposición. Hizo referencia a un informe de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires que reveló que las principales empresas cotizantes distribuyeron ganancias entre sus accionistas por un total de 11.930 millones de pesos el año pasado, la cifra más alta en casi dos décadas y tres veces superior a la de 2007. “Lo digo para evitar algunos comentarios y análisis que poco tienen que ver con la realidad”, apuntó Cristina.

En su extenso discurso, que fue más allá de los anuncios de medidas, la Presidenta pidió “un inmenso ejercicio de responsabilidad” a empresarios y dirigentes para evitar caer en la profecía autocumplida de la crisis. Incluyó allí a los sectores con capacidad de consumo: “A aquellos que pudiendo consumir no lo hacen por miedo a perder el trabajo, quiero decirles que si no consumen van a terminar perdiendo el trabajo. Es bueno seguir teniendo la convicción de que la rueda va a seguir alimentando todo. Es el círculo virtuoso del que siempre hablo”, exhortó.

“Escucho por ahí que en 2008 parece que a todos les fue mal, pero lo que (las empresas) publican oficialmente en los balances es que distribuyeron dividendos por tres veces más que en 2007 y es la cifra más alta de los últimos 18 años”, insistió la mandataria en referencia al informe de la Bolsa. Repasó que el aumento en el reparto de ganancias alcanzó a los sectores petrolero, de la alimentación, financiero y siderúrgico, entre otros. Los 11.930 millones fueron distribuidos por 43 compañías, aunque el 77,5 por ciento del total correspondió a YPF. “No es un informe del Gobierno, no se trata de una estadística oficial, sino de la Bolsa”, agregó, para aventar sospechas de manipulación de los datos, aunque también fue un reconocimiento implícito de la pérdida de credibilidad en el Indec.

Cristina les reclamó a los empresarios que tengan una visión más optimista frente a la crisis. “La necesidad de sostener la actividad económica no es sólo responsabilidad de los funcionarios nacionales, provinciales o municipales, sino de todos”, indicó. Y en tono más confrontativo, aludió a la oposición y a economistas de la city que cuestionan al Gobierno. Volvió a mencionar el incremento en las ganancias empresarias, lo que refleja que el año pasado fue positivo “más allá de lo que ocurrió los últimos dos o tres meses por una crisis que vino de afuera”, sentenció. “Parece que a algunos les molestara que haya venido de afuera, les hubiera casi gustado que fuera una crisis nuestra. Lo lamento mucho, la crisis no fue nuestra, la crisis vino de afuera y vamos a seguir haciendo todo lo que haga falta para defender los intereses de los argentinos”, arremetió.

Finalmente, también pareció responder a dirigentes del campo que amenazan con medidas de fuerza: “Nuestros problemas no se resuelven insultando ni descalificando, se resuelven con trabajo y con ideas, como lo hicimos desde 2003”, les dedicó.