Una semana alcanzó para que las líneas telefónicas de auxilio y contención se saturaran, las noticias de denuncias penales ganaran visibilidad y las estadísticas sobre la evolución del delito en la provincia a lo largo de los primeros tres meses cerraran el círculo al aportar resultados inesperados: las estadísticas del Poder Judicial mendocino revelaron que, en comparación con el primer trimestre de 2007, se registró un 58 por ciento más de delitos sexuales.

El martes, sólo tres días después de conocida la detención de Armando L. y la acusación que pesa en su contra, el 102, la línea de atención telefónica especializada en asesorar, contener y orientar ante casos de maltrato infantil, había recibido un promedio de 500 llamados diarios. El número señalaba un incremento de al menos 100 consultas cada día, a lo que se sumó un incremento de las demandas y consultas en la línea especializada del Programa de Asistencia a las Víctimas del Delito, de la policía local, un servicio que cuenta con oficiales sensibilizadas, por ejemplo, en asistencia a quienes sufren violencia de género. El asesoramiento puntilloso de K. P., una de las integrantes de la fuerza, que permaneció en el anonimato (y prefiere seguir así), resultó fundamental para que, en 2002, el por entonces vecino de la familia L., Ariel Bueno, lograra radicar una denuncia sobre el caso.

Como si de la repentina aparición de un nuevo mundo se hubiera tratado, diarios, radios y televisión presentaron cada día de la semana al menos un nuevo caso vinculado con delitos sexuales: la escalada incluyó el rescate de viejos casos resonantes (como el de “el criminal del Sur”, un anciano que en la década del ’80 violaba a su hija y, cuando ella daba a luz hijos engendrados en esas violaciones, los asesinaba), avances judiciales en el tratamiento de crímenes cuya resolución –hasta ahora pendiente– coincidió con el protagonismo de los crímenes de Armando L. (“penitenciario va a juicio por abusar de su hijastra”) y la seguidilla de nuevos casos que comenzaron a salir a la luz.