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Más interpelaciones. Más pedidos de informe. Comisiones investigadoras y un objetivo de máxima: alzarse con la presidencia de la Cámara baja para la oposición. Unión-PRO ganó y así se imagina el nuevo Congreso. “En el Parlamento se va a generar un espacio de confluencia entre sectores de la oposición: Carrió, Reutemann, Cobos, Macri. Todos trabajando, con una plataforma parlamentaria común”, se proponía un dirigente peronista del espacio de Francisco de Narváez.

La primera discusión que se viene en el espacio del peronismo PRO es si lograrán hacer un bloque unificado o tendrán dos o tres bancadas, lo que los dejaría con menos condiciones a la hora de negociar. Si bien todos buscan que haya un único bloque, la discusión se puede complicar a la hora de elegir quién es su jefe. Para resolver ese dilema, algunos piensan en un bloque peronista y otro de PRO, que formen un interbloque.

El siguiente paso, para los macristas, es avanzar en un acuerdo con otros sectores de la oposición para que funcionen a la manera de un bloque único frente al oficialismo. “No hay que confrontar con otros sectores de la oposición, sino sumarlos”, es el emblema macrista. Las alianzas parlamentarias podrían decantar luego en otras electorales. “Mauricio tiene una buena relación con Reutemann. Primero, vamos a intentar tener un trabajo legislativo”, explicaban en el bloque PRO.

Pero hay otros objetivos más inmediatos. Algunos evalúan que, después de que asuman en diciembre, podrían exigir incluso la presidencia de Diputados, que hasta ahora estuvo en manos del partido gobernante. Si bien los radicales no parecen proclives a aceptar esa negociación, ya circulan nombres: De Narváez propondría a Felipe Solá, pero el ex gobernador sería vetado por el bloque de la UCR. Los radicales tienen como candidato a ocupar ese puesto a Oscar Aguad y el PRO podría plantear a Federico Pinedo como figura de consenso. Se trata, sin embargo, de un objetivo ambicioso y de difícil realización. “Falta mucho para que asuma el nuevo Congreso en diciembre, no será fácil, pero no lo descartaría”, estimaba uno de los negociadores tentativos de ese acuerdo.

Más fácil parecen ser otros acuerdos parlamentarios que no implicarían una discusión de espacios de poder. “Vamos a empezar a hacer pasar los pedidos de informe que antes se quedaban en las comisiones. El Gobierno va a tener que empezar a contestar”, explicaban en PRO. También esperan que, con la nueva conformación que se dará en diciembre, se podrá avanzar con interpelaciones a los ministros. Otra iniciativa que puede sumar voluntades opositoras es la creación de comisiones investigadoras que apunten a los flancos del oficialismo: ya se piensa en una sobre el caso Skanska y otra para los fondos de Santa Cruz. Para empezar.