- Todo terreno. Pocas horas después de que terminara el acto, Aníbal Fernández estrenó su nuevo cargo con un reportaje en la televisión. Allí cargó contra el ex presidente Eduardo Duhalde y su cruzada por volver a conducir al peronismo. Un rato antes, cuando todavía recibía abrazos de familiares y amigos en el Salón Blanco, Fernández había prometido ejercer la Jefatura de Gabinete con mucha vocación de diálogo. “Yo entiendo la política como una negociación permanente”, sentenció.

- Recalde, joven aplaudido. Abogado laboralista, ex presidente del centro de estudiantes del Colegio Nacional Buenos Aires, Mariano Recalde sorprendió a propios y extraños al convertirse en el nuevo director por el Estado de la reestatizada Aerolíneas. Ayer estuvo sentado en primera fila, junto con Diego Bossio, nuevo director de la Anses. El locutor oficial los nombró para que la multitud los pudiera saludar con un aplauso. Cuando terminó el acto, Recalde fue rodeado por unos cuantos miembros de la JP. Acompañado por Juan Cabandié y el secretario general de La Cámpora Andrés Larroque, Recalde cantó la marcha peronista en la sala contigua al Salón Blanco. El griterío atrajo a periodistas y curiosos.

- Otro guiño a la CGT. La asunción de Coscia en la Secretaría de Cultura permitirá al titular de Judiciales, Julio Piumato, acceder a una banca de diputado por lo menos hasta el 10 de diciembre y tener una pequeña revancha por no haber podido entrar en la última elección, donde formó parte de la lista que encabezó Carlos Heller. Piumato ayer no estuvo en la Casa Rosada: se encontraba en Brasil, donde está participando de un congreso de trabajadores de la justicia de Sudamérica.

- Chau, chau, adiós. Sergio Massa se despidió sin hacer declaraciones, prometió guardar silencio hasta el 24 de julio (ese día reasumirá en Tigre) y se dedicó a saludar. Cuando se dirigía a las escaleras que llevan al Salón de los Bustos y a la salida que de-semboca en la explanada de Rivadavia, Massa fue abordado por la prensa. “Hasta el 24 de julio sólo voy a hablar de Alumbrado, Barrido y Limpieza”, bromeó Massa. Cuando le preguntaron cuáles serían sus próximas actividades, contó que tenía pensado llevar a sus hijos a conocer la nieve. “Se los tengo prometido”, dijo. Los cronistas insistieron con preguntarle qué sentía al abandonar el Gobierno: Massa, finalmente, soltó una respuesta. “Mis suegros van a estar contentos”, deslizó, lacónico. El suegro de Massa es el ex futbolista Fernando Galmarini, duhaldista, alineado con Francisco de Narváez.