El kirchnerismo decidió a última hora de ayer modificar su estrategia parlamentaria en busca de la prórroga por un año de las facultades delegadas por el Congreso al Ejecutivo. La reunión de la Comisión de Asuntos Constitucionales –prevista para hoy– fue convocada finalmente para mañana, apenas unas horas antes de la sesión. Un tiempo que el oficialismo se guardó para negociar con los bloques parlamentarios de centroizquierda un dictamen común o al menos para lograr consensos que le permitan alcanzar el quórum y habilitar el debate.

El bloque K está seguro de lograr un dictamen de mayoría en la comisión legislativa, donde todavía conserva supremacía numérica, y confía en imponerse en el recinto en una votación que requiere de la mayoría simple del total de los legisladores presentes. Pero tiene dificultades –aun con sus aliados incondicionales– para reunir 129 diputados y sesionar. Una situación que lo obliga a negociar contrarreloj con otras fuerzas: las facultades vencen el 24 de agosto y su prórroga también debe pasar por el Senado.

Por ahora, la bancada K decidió tener como interlocutores, en la búsqueda de un posible acuerdo parlamentario sobre facultades delegadas, a los dieciséis diputados de centroizquierda que ayer le hicieron una propuesta común. Las principales espadas parlamentarias del kirchnerismo les dedicarán a ellos gran parte de sus esfuerzos antes de llegar al recinto.