Quien afirme que a este gobierno nada le resulta fácil en el Congreso no se equivoca. Un mes después de que Eduardo Duhalde presentara personalmente su renuncia frente a los titulares de ambas cámaras parlamentarias, el senador cordobés Juan Carlos Maqueda y el diputado bonaerense Eduardo Camaño, la aceptación de la norma recién ahora tiene fecha cierta de votación. Mañana será revalidada en Diputados y al día siguiente, jueves, en el Senado.
Junto con la renuncia, el oficialismo pretende también que se suspenda por esta única vez la ley que estableció las internas abiertas y simultáneas y el nuevo cronograma electoral acordado ayer en la quinta presidencial de Olivos, por representantes de los bloques del PJ, del radicalismo, de los denominados partidos provinciales y de un numeroso abanico de gobernadores. Lejos de parecer un trámite sencillo, tanto los menemistas como los provinciales intentarán poner una fecha más cercana para los comicios. Para ello no descartan comenzar una ronda de conversaciones con el bloque radical.
Cuando el locutor realizaba la lectura de los acuerdos, señaló que en caso de ser necesaria la segunda vuelta electoral se concretaría el 11 de mayo. Enseguida fue corregido por varios de los presentes y rehizo su lectura entregando la fecha del 18 de mayo. No se trata de un desliz profesional sino de una de las tantas idas y vueltas que hubo ayer en el quincho de Olivos. La mayoría de los presentes reparó en que la fecha es muy cercana a la asunción del mando por parte del mandatario electo. Aquí casi todos coinciden en señalar que el tema obsesiona al duhaldismo. No pueden imaginar un largo interregno con Duhalde en la Casa Rosada y la existencia de un presidente electo. El poco crédito político que pretenden conservar para una ordenada retirada del poder se escurriría de sus manos con una rapidez imposible de imaginar.
“Estiraron tanto los plazos electorales que el futuro presidente va a pasar de la celebración de su triunfo a la asunción. No tendrá tiempo ni siquiera para pensar en su gabinete”, dijo el demoprogresista Alberto Natale a Página/12, y opinó que igual “las elecciones deberían ser antes”. A pesar de los provinciales firmaron los once puntos, Natale adelantó que pretendía discutirlos con su bancada. Luego de que un hombre del oficialismo reparó que el 20 de abril coincidiría con Semana Santa, el demoprogresista propuso que se realicen el 13 de abril. Finalmente el duhaldismo propuso el 27 de abril como día para la primera vuelta electoral.
El menemismo adelantó su oposición a la suspensión de las internas abiertas. El pampeano Manuel Baladrón consideró “un disparate” la suspensión, ya que a su juicio “se cercena la voluntad de quienes no están afiliados”.
El titular de la bancada radical en diputados, el catamarqueño Horacio Pernasetti, explicó las reservas de su bloque en lo que consideran ambigua redacción de la modificación a la Ley de Entidades Financieras. “No vamos a avalar ningún tipo de inmunidad para los directivos del Banco Central”, dijo Pernasetti, aunque aclaró que Roberto Lavagna le había dicho que ése no era el objetivo del punto 9.
Otro frente de tormenta que deberá enfrentar el gobierno es la insistencia radical en presentar una norma en la que sean contemplados “los casos extraordinarios” pasibles de sufrir algún tipo de ejecución hipotecaria. También recuerdan que fue precisamente este uno de los puntos en los que Lavagna se mostró más inflexible. “La posible nueva prórroga de las ejecuciones hipotecarias fue uno de los argumentos más criticados por los funcionarios del Fondo Monetario”, les dijo el ministro. Varios legisladores que ayer hablaron con Lavagna sacaron la conclusión de que el ministro evitará una confrontación mayor con el Fondo. El punto deconflicto probable es el presupuesto 2003. Aunque varios diputados, entre ellos Pernasetti y Natale, recordaron que originariamente se había hablado de tratarlo antes del fin del período de sesiones ordinarias del 2002, cuando se leyó el acuerdo se habló de votarlo. Algo que está lejos de ser lo mismo.