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• SUBNOTA › EL FMI NIEGA TENER CULPAS POR LA CRISIS ARGENTINA
¿Y a mí por qué me miran?
Los cruces verbales entre Roberto Lavagna y la cúpula del Fondo Monetario siguen mucho más activos que las negociaciones para alcanzar alguna clase de acuerdo. Ayer, el ministro de Economía acusó a “algunos organismos internacionales” de “jugar un papel procíclico” y de haber recomendado en los últimos tiempos políticas que contribuyeron a profundizar la recesión. Casi de inmediato, desde Santiago de Chile, donde se encuentra en visita oficial, el titular del FMI, Horst Koehler, le respondió que “echarle la culpa al Fondo Monetario Internacional es totalmente inadecuado” y dijo que la responsabilidad por la crisis pertenece a cada país.
Lavagna disertó en un seminario organizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el Teatro Cervantes de la ciudad de Buenos Aires. En ese ámbito, insistió con sus críticas al rol del Fondo durante la crisis que soporta Argentina hace casi cinco años. Al igual que el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, Lavagna está convencido que los ajustes fiscales que exigió el FMI en los últimos años no hicieron más que profundizar la recesión, un punto en el que coincide con el flamante presidente del Banco Central, Alfonso Prat Gay.
“Se supone que estos organismos tienen el papel de jugar un rol anticíclico ante situaciones de crisis económica”, afirmó el ministro en la conferencia del PNUD. En cambio, en la visión de Lavagna, “algunos organismos internacionales” –en obvia referencia al FMI– jugaron “un papel procíclico, en contraposición con la finalidad con que fueron creados hace más de medio siglo, lo que en vez de ayudar a resolver las crisis que se plantean contribuye a ahondarlas”.
“Echarle la culpa al Fondo Monetario es totalmente inadecuado”, contestó, rápido de reflejos, Koehler desde Chile. “Está sumamente claro que la responsabilidad fundamental de lo que ocurre en los países permanece dentro de los mismos países”, agregó el número uno del Fondo. Sin embargo, el alemán admitió que el FMI “a veces” comete errores, “como cuando el año pasado no previó las consecuencias negativas de que Argentina no hubiera abandonado la convertibilidad a tiempo”, dada la incongruencia entre el corset monetario y el gasto fiscal. Más aún, por si alguien pensara lo contrario, aclaró que el Fondo “no es una institución perfecta” y reconoció, una vez más, que en algunas ocasiones no prestó la debida atención a algunos acontecimientos económicos.
El director gerente del organismo agregó que el Fondo aprende de sus errores y que espera que la experiencia le será útil en el futuro. En ese contexto, planteó la necesidad de establecer mecanismos de seguridad y de prevención jurídica, de combatir la corrupción y de dar “prioridad” a las políticas orientadas a bajar la deuda pública, controlar la inflación e incrementar la apertura al comercio. En el caso particular de Argentina, precisó que “quizás el FMI debió haber sido más efectivo, a mediados de los años 90, para demostrar que el régimen de convertibilidad no es compatible con el dispendio fiscal”. “Pero el FMI está comprometido en hacer lo mejor posible. No debe ponerse en duda ese compromiso”, enfatizó Koehler.
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