Por F. C.

“Sería un bochorno que la Justicia dijera que un extranjero puede ser candidato, está claro que De Narváez no puede serlo”, sostenía ayer un miembro de la comitiva argentina de buena llegada a Cristina y Néstor Kirchner en el lobby del Hotel Park Hyatt. En cambio, veía más posible la alternativa de que De Narváez se postulara a gobernador de la provincia de Buenos Aires, tal vez en alianza con el duhaldismo, como el propio Eduardo Duhalde sugirió ayer (ver página 13). “De Narváez no puede ser candidato a presidente y lo digo pese a que a no-sotros nos convendría”, completaba el análisis.

–¿Cómo que les convendría? –le preguntó Página/12.

–Nos conviene ese tipo de candidato porque polariza el debate. Y en esa polarización tenemos más posibilidades de ganar –respondía–. También devaluaba la posibilidad de una opción radical en 2011. “Van a sufrir el impacto por no haber completado sus dos últimas gestiones, eso va a jugar en la campaña”, evaluaba. Además, mencionaba el hecho de que los principales cuadros políticos del radicalismo –en su visión– estuvieran prematuramente desgastados por culpa de la función pública. “Al lado de Cobos no se ve a nadie de peso. Parece como si los propios radicales jugaran en contra de su candidatura”, analizaba. Por otro lado, volvía sobre la cuestión de que en una elección legislativa “la gente vota de distinta forma que en una ejecutiva” por lo que, sostenía, una opción K tiene posibilidades de crecer a medida que se vaya acercando la fecha de las elecciones presidenciales. ¿Quién encarnaría la “opción K”? No lo decía pero era evidente, se respiraba en la comitiva, que el Plan A es Néstor Kirchner. El ex presidente mantiene el bajo perfil en el viaje: se lo ve poco y hasta ahora no hizo declaraciones. Pero ya que haya viajado al exterior –toda una rareza– hacía pensar a algunos como un paso hacia la asunción de la secretaría general de la Unasur, un cargo que podría sacarlo del debate en Diputados para devolverlo a los ámbitos presidenciales.