- Viaje. El canciller Jorge Taiana ni siquiera pudo asistir a la conferencia de prensa de cierre de la cumbre. Apenas terminaron las deliberaciones debió salir rápido hacia Ezeiza para no perderse el vuelo a Nueva York, donde hoy mismo debe participar de un almuerzo en un encuentro sobre el Tratado de No Proliferación Nuclear. Como lo demostró la reciente cumbre que Barack Obama organizó para hablar sobre seguridad nuclear, los países le vienen dando una importancia creciente al tema y aquí no se le quiere perder pisada. Incluso, el canciller brasileño, Celso Amorim, no estuvo en Buenos Aires para viajar a tiempo a Estados Unidos.

- Operación. “Es una operación política”, respondió ayer el presidente venezolano, Hugo Chávez, cuando lo consultaron sobre la reaparición de notas periodísticas hablando sobre supuestas coimas en el comercio entre su país y Argentina. Chávez –con argumentos parecidos a los utilizados por el ministro de Planificación, Julio De Vido– argumentó que la “operación” tiene como origen intereses a los que les molesta la relación entre Argentina y Venezuela y buscan la forma de “mancharla”.

- Feed lot. Lo de las cumbres virtuales no es nuevo. Si se conjugan las exageradas medidas de seguridad que se hicieron costumbre en los últimos tiempos más el deseo de los presidentes de discutir sus asuntos sin testigos molestos, las cumbres se siguen últimamente desde un salón alejado y por televisión. Y en su mayor parte ni siquiera, porque cortan la transmisión. Así fueron varias horas las que los periodistas de todo el continente que siguieron el encuentro quedaron sin actividad. Ayer fue inevitable imaginar un “feed lot” periodístico, comparando a esos lugares donde las vacas no se mueven y las engordan. El salón –sofisticado y moderno por cierto– del hotel Sofitel, donde funcionó el centro de prensa, resultó chico para la cantidad de enviados, lo que no dio para mucho movimiento, mientras los comestibles fluían sin cesar. Por la mañana hubo medialunas, con facturas y unas riquísimas “cookies” de chocolate caseras, luego sandwiches de miga y hasta un almuerzo caliente con empanadas y lomo con puré. Además, el servicio de jugo y café fue permanente. Durante el día la información escaseó, pero el servicio no dio para quejas.

- Buzos. Como está dicho, el operativo de seguridad fue impactante y abarcó varios kilómetros de la ruta Panamericana. Participaron tanto la Policía Bonaerense como efectivos de la Gendarmería Nacional que se apostaron en cada punto del enorme predio del hotel Sofitel de Los Cardales. En el celo del operativo llamó la atención el patrullaje de dos buzos tácticos que, a bordo de un jet ski, no dejaron de recorrer de punta a punta un lago artificial, uno de los muchos lujos del resort, a unos cien metros de donde se encontraban los presidentes. No detectaron ningún submarino.