Lo venían diciendo en voz baja, hasta que ayer –por primera vez– un funcionario lo admitió públicamente: “Esto es un golpe de Estado judicial”. Lo dijo el vocero presidencial, Eduardo Amadeo, en referencia al fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró inconstitucional el corralito bancario.
Para el funcionario, la Corte “ha hecho un acto profundo de irresponsabilidad” y “se ha aislado de todos y ha dado a muchas personas una sensación equivocada de que es posible lo que no es posible”.
“Esto es un golpe de Estado judicial, de una Corte Suprema no prestigiada por sus fallos anteriores”, aseguró. Enojado, Amadeo agregó que el fallo es una “insensibilidad hacia la República, ya que en momentos de tanta incertidumbre hay que tener sentimientos hacia la gente, la República y el funcionamiento de las instituciones”.
De todos modos, Amadeo señaló que “cualquier cosa irracional que hagamos va a potenciar la crisis” porque la decisión, además de afectar a las personas, “afecta el funcionamiento de instituciones básicas de cualquier sociedad y de cualquier economía. Más allá de la mayor o menor simpatía que nos merezcan los bancos, el sistema financiero es un articulador básico del funcionamiento de la sociedad”.