El martes 20 a las 19, en el teatro Coliseo, Alicia Kirchner encabezará un acto para lanzar una nueva corriente política, la Colina, Corriente de Liberación e Integración Nacional.

–¿Para qué lo hace? ¿No alcanza con los movimientos que ya existen?

–La gestión lleva tiempo, pero nunca está de más fortalecer la militancia.

–¿Disputarán espacios con movimientos ya existentes?

–No hay que disputar militantes con nadie. Hay que estimular para que haya cada vez más militantes, y que sigan proyectos más allá de las personas. Necesitamos militantes populares activos que sepan por qué es cada cosa. No sólo que estén ahí arriba y ‘bajen’: que construyan política para la liberación de la persona. La libertad también pasa por no estar presos del antiproyecto, del modelo neoliberal. Pasa por la construcción de derechos civiles, humanos y sociales. Por eso hablamos de liberación e integración. Tenemos que estar todos más allá de los matices políticos. Veo un inmenso deseo de participar, de estar, de ser parte. Antes, para hablar de la Argentina, se decía siempre ‘el país’. Como si fuera de otros. Bueno, la verdad, tenían razón: era de otros. Pero hoy es nuestro. No se puede mirar la patria del lado de afuera.

–¿Le pusieron el nombre Colina primero y después pensaron qué era cada letra?

–No. La verdad, fue al revés. Empezamos a ver los objetivos y las palabras del nombre y después nos acercamos a ‘Colina’. No está mal. Ante una colina se busca llegar arriba. Pero de la colina también se baja. Eso es no olvidarse de la realidad para volver a subir y desarrollarse como país.

–¿La corriente encierra un proyecto suyo de candidatura?

–Uh... Las elecciones son en octubre del 2011.

–¿Lo dice porque falta mucho o porque falta poco?

–(Se ríe) Lo digo para que no me hagan preguntas como la suya. Mire, gracias a Dios estoy en un proyecto. Y me dejo llevar por él. Esta es una gran red. Es el momento para aportar dentro del proyecto, no para quedarse adentro de la casa, ni sólo para opinar en los medios. Es un buen momento de participar. Hay que mirar, hay que escuchar mucho. Tenemos mística. Por eso trabajamos tanto en el Ministerio, que no es el único encargado de cumplir con las políticas sociales. El 50 por ciento de los que integran las cooperativas no terminó la secundaria. ¿Vamos a ayudar a que se forme una cooperativa y nos vamos a desentender de la educación? Sería absurdo. Cuando uno da educación no hay sometimiento. Nos habían querido sacar la educación.