Sáb 04.12.2010

EL PAíS • SUBNOTA  › ENCUENTRO SINDICAL IBEROAMERICANO

Con vocación de poder

› Por Fernando Cibeira

Desde Mar del Plata

“Tenemos que llegar al poder”, remarcó el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, sobre los representantes sindicales, en una mesa que compartió con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y el secretario de la CTA, Hugo Yasky. Como sabía la que se venía, el camionero subrayó que estaba hablando para “después del 2011, que quede bien claro”. En lo que fue el eje de su presentación aquí, se preguntó: “¿Por qué los trabajadores no pueden aspirar a que uno de sus hombres dirija los destinos del país?”. Tomada, en tanto, recordó que desde esta misma Mar del Plata se había concretado, en 2005, “uno de los momentos de inflexión de la historia contemporánea de América latina”, en referencia al “no al ALCA” de aquella recordada Cumbre de las Américas. En la misma senda, Yasky pidió un homenaje –fue un aplauso de pie– a Néstor Kirchner “por haber tenido el coraje político” de sostener esa posición. Los tres hablaron en el cierre del primer Encuentro Sindical Iberoamericano, una iniciativa del gobierno argentino para incluir a los representantes gremiales en el evento marplatense.

“Es la primera vez que en una cumbre como ésta estamos del lado de adentro”, subrayó Yasky, el segundo en hablar en la mesa de clausura. Antes lo había hecho brevemente el vicecanciller Alberto D’Alotto, quien fue al evento realizado en la sede local de la Asociación Bancaria para recibir en mano el documento con las conclusiones finales.

De pie, micrófono en mano, Yasky marcó que “luchamos por un nuevo tiempo de distribución de la riqueza” y aseguró que, aunque se diga que no, “el imperialismo sigue existiendo”. Puso como prueba los cables reservados de la embajada norteamericana que circulan por estos días. Apuntó que “a muchos empresarios no les gusta la integración social y que el Estado tenga un mayor rol en la economía”, por lo que cerró reclamando una “integración con derecho social”.

El pequeño auditorio de la Bancaria había quedado desbordado por los militantes de Camioneros y de la moyanista Juventud Sindical que coreaban dos canciones bastante extensas. Una, llamativa para una agrupación gremial, sostenía que “los derechos humanos serán derechos inquebrantables”. También estaban con banderas, aunque mucho más silenciosos, los de la CTA. “Los del ‘Hugo blanco’”, como bromeó Moyano. “Es bueno que nos llamemos los dos Hugo, así no sabemos si gritan por vos o por mí”, le dijo a Yasky.

Cuando iba a empezar a hablar el secretario general de la CGT apareció el secretario de la Cumbre Iberoamericana, Enrique Iglesias, que andaba saltando de encuentro a encuentro. Lució un poco desconcertado al ver el clima que reinaba en el auditorio. Moyano siguió con las bromas: “Ayer estuve en la reunión con los empresarios y no había el desorden que hay acá”. Sobre Yasky, dijo que “hemos pensando siempre igual, en eso tenemos coherencia. Más allá de esa famosa libertad sindical, que algún día tenemos que discutir en serio”. En cuestiones de coherencia, también recordó a Kirchner porque “abrió la mente a muchos argentinos, que se podían hacer cosas que antes estaban vedadas”.

Luego entró a analizar la cuestión del poder, un tópico que viene recorriendo en sus últimos discursos. Recordó aquello que “decía Perón: los trabajadores tienen que dejar de ser un instrumento de presión para pasar a ser un instrumento de poder”. Animó a los delegados y militantes sindicales que lo escuchaban: “Debemos incursionar en política, porque ahí se define el destino de los pueblos. ¿Por qué no lo vamos a hacer, porque no tuvimos oportunidad de ir a la universidad o tener los estudios que algunos dicen que se necesitan? No creo que sea así, nosotros tenemos la práctica”, afirmó. Cuando el camionero se preguntó por qué los trabajadores no podían poner “un hombre” en el gobierno, recibió la recriminación femenina. “Bueno, también puede ser una mujer. Pero mejor que no se entere la Presidenta”.

Después hablaron el secretario Enrique Iglesias y la secretaria de la Confederación Sindical de Trabajadores de América (CSA), Amanda Villatoro. “Voy a corregir al amigo Moyano: Kirchner no abrió los ojos de millones de argentinos, abrió los ojos de millones y millones de latinoamericanos”, dijo la única panelista mujer, quien en todo momento utilizó el “todas y todos” característico de la Presidenta. Leyó un documento con las conclusiones del encuentro, que apuntaron contra los ajustes económicos que se anuncian en Europa como principal respuesta a la crisis. España y Portugal, dos de los países más afectados, estuvieron representados.

A Tomada le quedó el cierre del cierre. También se refirió a la crisis de los países desarrollados. El ministro alertó sobre la posibilidad de que el resultado de la crisis financiera “sea que millones y millones de trabajadores” paguen los platos rotos. Destacó como algo inédito que América latina pueda mantenerse relativamente al margen de la situación que se vive en el mundo desarrollado. En ese punto, señaló el rol que jugó Néstor Kirchner. “Nunca existen condiciones objetivas si no hay voluntad política para transformar el fondo de las cosas, y él la tuvo”, marcó.

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