Desde Mar del Plata

El ministro de Educación, Alberto Sileoni, se toma su tiempo para contestar cada pregunta. Intenta ser claro y no caer en tecnicismos. Como muchos funcionarios, cuando se le pregunta sobre política responde sobre gestión, pero en su caso no se trata de evasivas sino que sabe que ambas cosas son caras complementarias de un mismo cuerpo. “No se puede pensar un modelo educativo sin pensar en un modelo de país”, dice.

El tema que lo convocó a la Cumbre Iberoamericana es la presentación de las Metas Educativas 2021, un programa para toda la región que se trabajó durante los últimos dos años y que firmarán hoy los presidentes. Las metas “son múltiples y recorren todo el sistema educativo”, poniendo énfasis en aspectos como “primera infancia, educación secundaria, equipamiento tecnológico, educación técnica, educación sexual integrada y eliminación del analfabetismo”, entre otros. “Todas estas medidas ya están en marcha en la Argentina”, se jacta Sileoni ante Página/12.

–¿Cómo se elaboran programas comunes en una región tan extensa y dispar como Iberoamérica?

–Si bien hay diferencias de grado, hay muchas problemáticas comunes. Inclusive, el ministro de Educación español muchas veces nos cuenta que los problemas en Europa son los mismos. Por ejemplo: primera infancia. Argentina está bastante avanzada en la inclusión de los chicos de 5 años, pero ahora hay que avanzar con los de 4.

–¿De dónde surgirán los fondos para alcanzar estas metas?

–Las metas implican una inversión importante, pero antes que nada el compromiso de aquellas naciones que tienen una inversión actual baja de incrementar los fondos, y de sostenerlos aquellas que ya tienen una alta: Argentina está en este segundo bloque, llegando al 6,40 por ciento del PBI. Hay también pensado un fondo de 5 mil millones de dólares en diez años para distribuir entre todos los países.

–¿Qué aportó Argentina en esta experiencia?

–Más allá de lo económico, hay aportes de conocimientos. Nosotros tenemos un avance importante en todo lo que es televisión educativa e infantil, con Encuentro y Paka-Paka. Tenemos un avance en todo lo que es software educativo, capacitación de docentes.

–¿Qué cambió en la educación argentina con la aplicación de la Asignación Universal por Hijo?

–Se empezó a entender que la educación no es una variable independiente. No se puede pensar un modelo educativo sin pensar un modelo de país. La AUH es una asignación social, pero tiene un impacto absoluto en la educación. Gracias a la AUH los chicos pueden acudir a un profesor particular, comprarse útiles.

–¿Cuáles son los principales desafíos por delante?

–La secundaria es un problema porque ya no te garantiza el empleo. Hay una relación muy estrecha entre pobreza y educación. Nosotros tenemos cada vez mas pibes de hogares que son la primera generación de estudiantes secundarios. Estamos invirtiendo muchísimo en bibliotecas, materiales, la netbook, todo eso levanta la calidad educativa.

–¿Es un problema local?

–No, pasa en todo el mundo. Acá son los pibes más pobres, en Europa los inmigrantes. En Estados Unidos, los blancos terminan la High School el 80 por ciento y los negros y latinos el 40 por ciento. Es un problema de clase.

–¿La no aprobación del presupuesto nacional puede acarrear problemas en cumplir con las inversiones pautadas o con los días de clase previstos?

–No creemos. El presupuesto que presentamos es alrededor del 26 por ciento más que este año y se resolverá técnicamente. Seguramente haya algún tipo de problema administrativo pero no presupuestario. Luego, tenemos muy buena relación con los cinco gremios nacionales. Hemos tenido reuniones, vamos a tener otra a antes de fin de año para empezar a pensar los arreglos del año que viene. A pesar de no tener el Presupuesto, ratificamos la vigencia del Fondo de Incentivo Docente. Y estamos terminando el año con más días de clases de la última década: el 17 de febrero de este año ya habíamos acordado la paritaria nacional. Tenemos expectativas de que el año que viene también podamos arreglar temprano. Vemos en los gremios mucha responsabilidad para discutir.