EL PAíS • SUBNOTA › DESMIENTEN QUE HAYAN DESAPARECIDO LOS DISCOS DE LAS PC
› Por Raúl Kollmann
Fuentes cercanas al juzgado en lo Penal Económico número 4, a cargo de Alejandro Catania, desmintieron que hayan desaparecido los discos rígidos de las computadoras secuestradas en la empresa Medical Jet y en los domicilios de los hijos de los brigadieres Juliá y Miret. Las computadoras y los discos rígidos eran sometidos ayer a pericias, aunque obviamente existe la posibilidad de que se hayan borrado archivos. Es que la empresa y los domicilios se allanaron casi diez días después de producidas las detenciones en Barcelona y seis después de que la Policía de Seguridad Aeroportuaria hiciera la denuncia local.
En los allanamientos del miércoles sí se encontró un misterio sobre, cerrado, en cuyo frente estaba escrito –palabras más, palabras menos–, “Abrir sólo en caso de que ocurra algo grave”. Según parece, esa leyenda estaba firmada por uno de los hermanos Juliá, pero no está claro cuál de ellos. Tampoco se sabe de cuándo es y hasta podría ser de la época en que vivía el ex jefe de la Fuerza Aérea, el fallecido José Juliá. Hay un absoluto hermetismo en el juzgado sobre esa carta. Nadie quiso admitir su existencia ni revelar si fue abierta o si sigue cerrada.
Hasta ayer, los hermanos Juliá y Miret no habían designado abogados ante el juzgado de Catania. Se trata de algo extraño. Los pilotos que llevaron la cocaína a Barcelona podían hacerse los distraídos respecto de la causa judicial en la Argentina, pero desde el miércoles está claro que son virtuales imputados. Ese día se allanó su empresa y los efectivos de la Gendarmería, siempre por orden del juez Catania, hicieron lo propio en los domicilios de los hijos de los brigadieres. La lógica es que la semana próxima alguien los represente, teniendo en cuenta que seguirán las diligencias judiciales.
El otro aspecto extraño del expediente argentino de la operación Volare es que Catania todavía no allanó la base aérea de Morón, el lugar más sospechado respecto a la carga del avión. No está del todo claro si el Bombardier estuvo en el hangar de la quebrada empresa CATA o en el de una escuela de aviación, Flight Center. En ambos casos se supone que los pilotos alquilaron el lugar. Y lo cierto es que el Bombardier estuvo en Morón desde el 6 de noviembre hasta el 30 de diciembre, salvo un vuelo a Mar del Plata y otro de prueba.
Todo indica que el juzgado del doctor Catania no sólo estudiará las computadoras de los implicados, sino que se ordenará un profundo estudio de las comunicaciones. Aunque es muy posible que en una operación de esta magnitud se hayan tomado precauciones y no aparezcan demasiados cruces, algunas evidencias pueden surgir. Sobre todo teniendo en cuenta el diagnóstico que hizo un veterano investigador en diálogo con Página/12: “Los muchachos que hicieron esto eran demasiado audaces, demasiado irresponsables y se creían intocables”.
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