Consultados anoche por este diario, dos dirigentes ferroviarios coincidieron en la falta de seguridad bajo la que se opera en buena parte de las empresas que concesionan el servicio de trenes. Horacio Caminos, secretario de Prensa del sindicato La Fraternidad, aseguró: “En los últimos meses hicimos dos medidas de fuerza para pedir mejoras de seguridad e higiene, por problemas en la señalización, por el pésimo estado de algunos tramos de vías y de las locomotoras, incluso por falta de botiquines”. Por su parte, el dirigente Rubén Sobrero insistió en que se sabe poco de los anteriores accidentes de trenes “por la falta de investigación”.

Caminos aclaró que emitir una opinión sobre las causas sería imprudente hasta “que se hagan las pericias”, pero mencionó ciertos factores de riesgo con los que se trabaja en casi todas las líneas de trenes. Los principales problemas son de señalización y comunicación: “Para avanzar, el maquinista debe atender todo el tiempo una señal roja, de peligro, y otras dos amarillas, de precaución. Muchas veces los aparatos no andan y el permiso para pasar se pide por radio. Eso está bien en lugares alejados o en trenes de carga, pero de no debe usarse en tramos urbanos”. En el caso de San Miguel, los técnicos aseguran que las señales funcionaban.

Por otra parte, las multas por falta de inversión y mantenimiento a las empresas concesionarias no son efectivas porque, según explicó Caminos, la CNRT no tiene poder de policía. “Cuando se hace una denuncia, la CNRT verifica la irregularidad y hace una multa. Esa sanción la tiene que hacer cumplir el Ministerio de Economía, pero por ley las empresas tiene tres instancias de apelación, lo que termina beneficiándolas”, aseguró Caminos, quien destacó que sí cumplen con la inversión en la Unión de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (Ugofe), encargada de las vías donde ocurrió el choque.

El secretario de prensa aseguró que varios integrantes de La Fraternidad fueron hasta San Miguel para cerciorarse del estado de salud del personal ferroviario. “Estaban todos bien físicamente –dijo Caminos–, pero psicológicamente estaban abatidos. Cuando pasan estos choques somos nosotros los que terminamos conteniendo a los trabajadores, en vez de la empresa. Muchas veces los pasajeros terminan golpeando a los maquinistas; por suerte, esta vez no pasó nada.”

El “Pollo” Sobrero, un dirigente de larga trayectoria que fue candidato a diputado nacional, estimó anoche sobre el choque: “O la señal no andaba, o andaba y el maquinista no la vio. No hay muchas otras alternativas, antes de pasar se dan, por lo menos, dos señales”. Sobrero informó que los maquinistas trabajan seis horas diarias y no ocho, como en otras áreas del ferrocarril. Por este motivo, agregó, es poco probable que lo ocurrido se deba a la falta de descanso.

Además, el dirigente aconsejó “revisar a fondo” las investigaciones realizadas en los últimos diez choques de trenes. “Se van a llevar una sorpresa si lo hacen”, dijo. “Se vienen repitiendo los accidentes y sólo por dar un ejemplo puedo decir que ninguna empresa fue sancionada después de las investigaciones que se abrieron”, agregó el dirigente, quien presidente el cuerpo de delegados del Sarmiento.

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