EL PAíS
• SUBNOTA › EL OFICIALISMO SE PUSO MAS DURO CON LA PROTESTA
Un viraje basado en encuestas
El Gobierno demostró ayer que su relación con los piqueteros tomó un giro brusco, acorde con la imagen de los policías que el miércoles interrumpieron su marcha sobre la 9 de Julio. Los funcionarios que salieron a plantar posición ayer –el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, y el ministro del Interior, Jorge Matzkin– hablaron de tensión, olor a pólvora y del juego de los violentos. Resultó evidente también la intención de la Rosada de profundizar la brecha entre los piqueteros dialoguistas y los sectores duros. El propio Matzkin contó que el cambio de postura tenía que ver con algunas encuestas que mostraban un principio de fastidio entre los sectores medios por la continuidad de cortes. Desde el sector duro, el líder del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados, Raúl Castells, anticipó que las protestas seguirán.
“Es cierto que hay un viraje en la sociedad”, explicó Matzkin, justificando tal vez así el propio viraje del Gobierno. “Lo que surge de algunas mediciones es cómo subirá el nivel de hastío con el corte de calles, de rutas”, agregó. Y como a la gente le subirá el nivel de hastío, la Rosada apuró un lenguaje cuasi represivo que se había dejado de oír desde la muerte de los piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. “Uno tiene tanta gente en la calle, con niveles de presión que hasta parece que se respira olor a tensión”, sostuvo el ministro.
Atanasof remarcó las diferencias entre los grupos de piqueteros. “Hay sectores mayoritarios de estas organizaciones sociales que tienen una predisposición al diálogo y a ayudar al Gobierno a resolver los problemas de los excluidos, pero también hay otros sectores minoritarios que están por momentos más cerca de la provocación que de la reivindicación”, sostuvo. El jefe de Gabinete adelantó que la Rosada apostará a estrechar la relación con piqueteros dialoguistas como los que representan el FTV, de Luis D’Elía, y el del CCC, de Juan Carlos Alderete. “No entrar en el juego de la violencia” y “aislar a los violentos”, remarcó Atanasof que sería de aquí en más la postura oficial.
Con todo, el Gobierno aseguró que no había cambio de posición de su parte y Matzkin descartó que a partir de ahora se pueda adoptar una actitud represiva frente a los cortes. “Es política del Gobierno que no existan hechos que tengamos que lamentar posteriormente”, explicó, en lenguaje enrevesado. Atanasof, incluso, puso como ejemplo de la intención de mantener la actitud dialoguista la forma en que terminó la protesta del miércoles: los piqueteros levantaron el corte luego de que Trabajo se comprometiera a estudiar sus reclamos. “Lamentamos las dificultades de los ciudadanos para movilizarse pero preferimos fortalecer la apuesta del Gobierno al diálogo”, dijo el jefe de Gabinete.
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