Desde La Rioja

Carlos Menem manejó a discreción la política riojana por décadas, pero su encanto se diluyó junto a su poder. Ahora pasa muchos de sus días recluido en el barrio cerrado Golf Club de las afueras de La Rioja –camino a Anillaco y frente a los cerros de la precordillera–, donde su silueta canchera de otras épocas (con los pies cruzados y apoyado sobre el palo de golf) se recorta en las banderas que flamean en los links y duerme la siesta en una casona colonial rodeada de palos borrachos, grandes cardones y un pequeño viñedo derruido del que cuelgan las uvas secas. “La gente lo respeta, pero ya nadie lo votaría”, afirman sus enemigos, reconocen sus ex amigos y admiten los que todavía lo son.

Aunque muchos de los candidatos del oficialismo riojano y varios de sus contrincantes abrevaron en el menemismo para alcanzar un cargo en la política local. “Menem trabaja por la patria y está más allá de los partidos”, dijo públicamente sobre el senador el gobernador Julio Beder Herrera, que va por su reelección encolumnado con la Casa Rosada. Beder fue varias veces vicegobernador de la mano de Eduardo Menem, en los tiempos en que Carlos y su hermano Eduardo definían el uno-dos de cada fórmula peronista a la gobernación de La Rioja.

Angel Maza fue dos veces gobernador con la venia de Carlos, para quien también trabajó como secretario de Minería durante su primera presidencia. Maza fue destituido por Beder en medio de un acuerdo extrajudicial del Estado provincial con un supuesto propietario de parte de los predios que hoy ocupa el Golf donde vive Menem. “Gran parte de la infraestructura que hoy tiene La Rioja se la debemos a él”, afirmó Maza sobre Menem a Página/12. Pero su pretensión de competir en octubre por la banca de senador por la minoría volvió a distanciar a Maza de Menem, que aspiraba a ese lugar, en una candidatura cada día más incierta.

Carlos Santander, candidato a gobernador por Es Posible, el partido que a nivel nacional conduce el puntano Alberto Rodríguez Saá, también fue funcionario menemista en las cuestionadas gestiones en el PAMI.

Carlos, Eduardo, y su hijo Adrián, que en un momento representó la continuidad de la dinastía política de los Menem, están en La Rioja para votar. Pero ya ninguno de ellos incide en la política riojana.