Desde La Rioja

Sin candidatos propios ni postulación alguna, el ex presidente Carlos Saúl Menem logró convertirse en una de las vedettes de la jornada electoral riojana. Un enjambre de periodistas lo esperaba en las puertas del céntrico Colegio Nacional, a donde llegó con un vehículo de custodia acompañado de su viejo y fiel secretario Ramón Hernández. De saco azul, camisa blanca, corbata salmón y un brilloso color caoba que cubría su canosa cabellera, Menem enfrentó los flashes y cámaras de TV para hablar con los periodistas.

Un apresurado movilero le preguntó si votaría por Elisa Carrió, la diputada y candidata de la Coalición Cívica. El ex presidente le dedicó una sonrisa y dio paso a otra pregunta. “Ganará en primera vuelta o segunda vuelta, pero ganará”, dijo sobre las chances de la presidenta Cristina Fernández para las elecciones nacionales de octubre próximo. “Cristina es la que está más capacitada” y “está haciendo más o menos bien la cosa”, agregó Menem.

“Está muy dividida la oposición, ese es el problema de quienes quieren derrotar a quien gobierna actualmente”, sentenció sobre las aspiraciones opositoras, mientras realizaba un tibio intento de abrirse camino hacia la mesa de votación. Un tibio intento, porque Menem quería hablar. “Yo soy funcional a mi patria, están totalmente equivocados”, respondió cuando le hablaron de su supuesta labor “funcional al kirchnerismo en el Senado”. Entonces se despachó y cuestionó la política “internacional” del gobierno nacional y objetó su proyecto para bajar la imputabilidad de los menores.

En medio de su monólogo, sin querer, dio muestras del paso inexorable del tiempo: “Fíjese –dijo– que en el tema con respecto al campo, la Resolución 153, ah 123, yo voté en contra”, afirmó. Se refería a la disputa parlamentaria de 2008, cuando la corporación agropecuaria enfrentó al Gobierno y el Congreso terminó haciendo naufragar la Resolución 125 que fijaba retenciones a las exportaciones.

Después, Menem se hizo tiempo para asegurar que buscará renovar su banca de senador en los comicios nacionales. “Hay tres lugares, uno, dos y tercero para mí”, buscando mostrar la confianza de otras épocas para alzarse con el lugar por la minoría. También aprovechó para dejar abierta la posibilidad de que su hija “Zulemita, si a ella le gusta”, sea candidata a diputada nacional. Menem no se resigna a dejar vacante su dinastía política y ayer les sacó jugo a sus minutos delante de las cámaras y los micrófonos de la prensa nacional.