“Es positivo que se empiece a conocer la actuación durante la dictadura de estos jueces que siguen en actividad. En el caso de (Wagner Gustavo) Mitchell sería bueno que se haga el juicio político y que finalice en la destitución. Las consecuencias del daño de su actuación siguen vigentes para personas como Sara Méndez, a quien le quitaron su hijo de veinte días en 1976. De todos modos, si le aceptan la renuncia, en parte el objetivo estaría cumplido”, dijo Alejo Ramos Padilla, el nuevo juez federal de Dolores que representó a Chicha Mariani y a Méndez en sus denuncias contra Mitchell. El abogado de Abuelas de Plaza de Mayo, Alan Iud, evaluó que “dado que en el Consejo de la Magistratura han ganado espacio los sectores corporativos de la Justicia, no me parecería mal que se le acepte la renuncia a Mitchell”. Iud señaló que sería importante, frente a las vacantes que se producen, “revisar el sistema de designación de subrogantes” ya que la Casación está habilitada para elegir sus propios reemplazantes, a la vez que designa a los de otras cámaras y tribunales orales.