El fondo buitre NML Capital Ltd. ofreció una negociación al gobierno argentino para conseguir la liberación de la Fragata Libertad retenida en Ghana. El intermediario fue el dirigente del Peornismo Opositor Mariano Mera Figueroa, quien se comunicó para ello con el Secretario General de la Presidencia Oscar Parrilli. La presidente CFK ordenó no responder a la propuesta, que incluía el otorgamiento de un crédito de 2000 millones de dólares para YPF, si la Argentina abonaba los títulos en poder de NML por el doble de esa suma. Mera Figueroa pertenece a una familia señera de la oligarquía salteña. Es primo del gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey y del vicegobernador de Catamarca, Dalmacio Mera. Su padre fue ministro del Interior durante el gobierno de Carlos Menem, cuando la Argentina contrajo las deudas que ahora reclaman los fondos buitre que no aceptaron las propuestas de canje con descuento que el gobierno argentino hizo en 2005. El hijo apoyó la candidatura de Menem en las elecciones presidenciales de abril de 2003 y durante la campaña electoral propuso emplear tropas militares para combatir el delito. En octubre de ese año se presentó como candidato a la jefatura de gobierno de la CABA utilizando la boleta del MODIN fundado por Aldo Rico, pero apenas obtuvo 1775 votos, el 0,1 por ciento de los emitidos. Mejor suerte tuvo en su intento por la presidencia de River Plate. Pero no mucho: con el 3 por ciento fue el último de los cinco candidatos que se presentaron. Feroz opositor a Daniel Passarella, ahora se convirtió en su asesor. Consiguió dirigir el Consejo de Fútbol del club salteño Juventud Antoniana, pero luego de una serie de denuncias cruzadas sobre la venta del estadio, fue separado de la conducción. El año pasado, el diario sensacionalista Libre publicó un informe en el que sostuvo que fue denunciado por estafas y que el Banco Nación le rechazó más de doscientos cheques, por tres millones de pesos. En 2007 fue interventor en el justicialismo de Corrientes designado por Menem, Ramón Puerta y Adolfo Rodríguez Saá, luego del Congreso que realizaron en San Luis, con el propósito de frustrar la candidatura presidencial de CFK. Para 2011 trataba de reacomodarse en la estructura justicialista de la Capital. La Fragata Libertad zarpó el 2 de junio de Buenos Aires. Al mes siguiente, mientras la embarcación cruzaba el Atlántico entre Venezuela y Portugal, Mera Figueroa se comunicó con Parrilli para plantearle una cuestión “de mucho interés para el país”. A la audiencia que el Secretario General le concedió el 26 de julio, Mera Figueroa trajo una nota dirigida a Cristina por Jay Newman, vicepresidente de NML, de las Islas Caimán. Le decía que “entendemos que su gobierno está estudiando formas creativas” de resolver los juicios por pagos pendientes de los bonos argentinos y se ofrecía a reunirse “con quien usted designe para representar a la República Argentina”. Esa misma tarde, el vocero del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Mike Hammer, dijo en conferencia de prensa en Washington que su país urgía a la Argentina a que “respete sus obligaciones internacionales y normalice su relación con la comunidad financiera”. Según la crónica de Clarín, agregó que Estados Unidos quería mantener buenas relaciones con la Argentina, pero que para ello era “importante que el tema se resuelva, que haya un mejor clima de inversión”. El 14 de agosto, cuando la Fragata Libertad navegaba entre España y Portugal, y el 20 de septiembre, mientras la nave estaba por tocar el primer puerto del Africa Subsahariana, en Senegal, Mera Figueroa volvió a llamar en busca de una respuesta. La última comunicación se produjo el 5 de octubre, con la Fragata Libertad ya retenida en Ghana. “Tengo la solución”, dijo. Ofreció realizar una gestión para evitar el pago del canon diario de 50.000 dólares y sugirió que si la Argentina se allanaba a pagar los 4000 millones de dólares que le reclama el fondo buitre, NML podría concederle un crédito de 2000 millones de dólares para YPF. “Si esto no se soluciona, irán por los aviones argentinos”, dijo. La presidente ordenó no responder.