El delegado de la Unión Ferroviaria Rubén Sobrero aseguró durante la conferencia de prensa que ofrecieron ayer los dirigentes que convocaron a la medida de fuerza que la huelga era “muy fuerte” porque “hasta los gremios que decían que no paraban, pararon”, en referencia a las líneas del ferrocarril Sarmiento y del Mitre. Según señaló el dirigente ferroviario de izquierda, los trabajadores de esas líneas tuvieron una adhesión del ciento por ciento al paro. “No hay nadie trabajando”, dijo, a pesar de que “los gremios decían que iban a garantizar el servicio”, por lo que pidió replantear la “representatividad” de los sindicalistas, ya que “hay muchos que se preocupan más por sus negociados que por sus trabajadores”. Las palabras de Sobrero parecieron generar incomodidad en algunos de los que compartían con él el salón Felipe Vallese del edificio de la CGT en la calle Azopardo. Ni lento ni perezoso, Hugo Moyano tomó la palabra y aseguró que en realidad la efectividad en el paro de ferrocarriles había que agradecerla a un pequeño gremio, la Asociación de Señaleros, cuyo titular, Raúl Epelbaum, había coordinado con él un día antes cómo hacer para interrumpir el servicio en prácticamente todas las líneas.