Indudablemente la reciente elección papal ha penetrado en nuestra sociedad como nunca antes en nuestra historia. Y no es para menos, el nuevo Papa es argentino, el Papa es el ex cardenal Bergoglio. Dado este crucial acontecimiento y teniendo en cuenta que hoy martes por la mañana se producirá el acto de asunción papal, el jefe de Gobierno de la Ciudad y su ministro de Educación tomaron la decisión de que esta mañana se suspendan las clases en la Ciudad.

Insólita y desacertada decisión, sobre la cual quisiera realizar dos reflexiones: la primera es que declara asueto para ver el acto por televisión, ya que el acontecimiento no se realiza en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires, por lo cual no es un acto al que se pueda concurrir y disfrutar en persona, sino a través de la pantalla. La segunda reflexión es que un evento de estas características sería bueno que se aproveche como una oportunidad para debatirlo en la escuela y sobre él generar hechos pedagógicos.

No quedan claros los objetivos de este asueto. Suena más a oportunismo y a quedar bien con la Iglesia Católica y con las escuelas confesionales que a una decisión que tenga que ver con la educación y la pedagogía. Mucho más ruido hace cuando estas medidas se toman en un país donde el Estado está separado de la Iglesia y cuya educación es laica.

* Legisladora porteña. Bloque Nuevo Encuentro.