EL PAíS • SUBNOTA › LEóN GIECO, DE “TELONERO”
› Por María Daniela Yaccar
“Muchos se oponen a todo. Quieren la ruina del país. Están en la prensa, en Internet, en todos lados. Apareció una cosa en la web que decía: ‘¿Dónde mierda están Fito Páez y León Gieco ahora, con las inundaciones?’ Estoy acá, pelotudo. Y Páez está tocando en Capital”, manifestó un encendido Gieco a una multitud que lo aplaudía en Avellaneda. Ayer, en plaza Alsina –ubicada en Mitre y Alsina– siete mil vecinos se unieron en dos sentimientos: la solidaridad y el rock. Grandes referentes nacionales del género, como Claudio Gabis, Alejandro Medina, Rodolfo García, Ciro Fogliatta y Claudia Puyó compartieron escenario. Y el público aportó donaciones para los damnificados por las inundaciones, que llenaron cinco camiones de dieciocho toneladas.
Los camiones partirán hoy hacia La Plata. En un principio, este recital había sido pensado por autoridades del municipio como una conmemoración de los 161 años de Avellaneda. Ese motivo siguió vigente. “Pero reconvertimos el espectáculo”, dijo a Página/12 Jorge Ferraresi, intendente del partido. “La participación y la solidaridad del pueblo de Avellaneda fueron extraordinarias”, remarcó. Desde las 10, los vecinos habían comenzado a acercarse con bolsas para colaborar. Cerca de las 19, hora en que comenzó el espectáculo, se veían personas en la estación que descendían de los trenes y se dirigían al lugar con ropa y alimentos, entre otras cosas.
“Las muertes son lo que más duele. La gente que teniendo tanta riqueza odia a la gente pobre no vive en paz. En cambio, mirá con lo que nosotros nos ponemos contentos: con ayudar. Es el pueblo el que está acá.” Cristina, de Berazategui, tenía razón: el público estaba compuesto por vecinos a los que seguramente no les sobraba nada. Había familias, sobre todo. El mate pasaba de mano en mano. Había, también, muchos niños. Ese siempre es un dato afortunado: ellos están creciendo distinto a generaciones anteriores. Quizá recuerden, ya de grandes, que en su infancia escucharon cantar a un señor llamado León Gieco, en una avenida Mitre poblada de sillas de plástico blancas.
En el público había mucha ansiedad. Cuando a las 18.30 los músicos probaban sonido, los espectadores aplaudían y chiflaban para que el show comenzara. “¡Esa es la guitarra de León!”, exclamó un joven, cuando el instrumento apareció en el escenario. Si bien era el rostro más conocido de la jornada, el santafesino tocó primero, él solo. “Soy el telonero, el que va a abrir el show para ustedes”, anunció al enfrentarse con su público. Hubo muchos “olé León”, “maestro” e “ídolo”. Y aplausos de pie.
Gieco intercaló clásicos –como “Cinco siglos igual”, “El país de la libertad”, “El fantasma de Canterville”, “Carito” y “La memoria”– con palabras de alto contenido social y político. Criticó a los opositores: “Hay un problema, son unos atorrantes. Pero la gente les cree a los forros que inventan titulares todo el tiempo. Si la Argentina tiene un techo, lo ponen estos atorrantes”. En uno de los momentos más emotivos de su presentación dedicó “El desembarco”, un tema de su último disco, a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Contó que había escrito ese tema inspirado en el día en que las Madres entraron a la ex Esma, tras un discurso de Néstor Kirchner. Y remarcó que el país es hoy un ejemplo al mundo, por “su lucha en torno de los derechos humanos”.
Luego de que, a pedido del trovador, los espectadores se fundieran en un canto colectivo con “La cigarra”, Gieco abrió el paso a los otros músicos. La presencia del guitarrista Claudio Gabis y el bajista Alejandro Medina, ambos ex Manal, era significativa: estaban tocando en el municipio al que le dedicaron una famosa canción, “Avellaneda blues”, que sonaría al final con la voz de la apasionada melenuda Claudia Puyó. Muchos de los que tocaron son tanques del rock nacional: Ciro Fogliatta (Los Gatos) y Kubero Díaz (La Cofradía de la Flor Solar y otras), por ejemplo. También participaron Fran Banfield, Gustavo Giannini, Leo Sujatovich, Jorge Senno, Ricardo Tapia y Juan Tordó. El público movió las cabezas al escuchar temas de Gabis, como “Blues del corazón destrozado”, “Bajando a Buenos Aires”, “Esto se acaba aquí” o “Blues del terror azul”. La voz principal iba rotando. Los cantantes modificaban las letras para la ocasión, refiriéndose a la solidaridad de los vecinos. Para el final se sumó la Sinfónica Municipal.
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