Por W.U. y N.A.

José “Pepino” Fernández fue trabajador de YPF en el Departamento de General Mosconi durante 17 años, hasta que a principios de la década del noventa quedó desocupado, producto de la privatización de la empresa estatal. Actualmente trabaja gratis en proyectos comunitarios y vive de la solidaridad de la gente, esa gente que lo alimentó cuando estuvo preso y protestó para conseguir su libertad. “Si yo hice muchas cosas por el pueblo, a la gente no le cuesta nada darme un plato de comida”, asegura Pepino, con sonrisa cómplice.
En 1997 se incorporó a la Unión de Trabajadores Desocupados (UTD) de General Mosconi y, a partir del 2000, se convirtió en un referente del movimiento piquetero. Los cortes de ruta lo llevaron a la cárcel una y otra vez. Tiene acumuladas 52 causas federales y 16 provinciales, por reclamar lo que la propia privatización de YPF les había prometido: un fondo compensador por haber quedado fuera de la empresa.
Pepino mira, escucha y cuenta: “Cada causa es una obra que se hace”, dice reivindicando la persistencia del movimiento. Se hace cargo de sus actos y pide que lo acompañen a la reja aquellos que “saquearon” el país, en referencia a grandes empresarios y diversos funcionarios de las distintas gestiones. Actualmente, hace viajes a Buenos Aires para pedir el compromiso de las autoridades nacionales para llevar a cabo la reparación histórica del departamento de General Mosconi y la liberación de los “compañeros” piqueteros procesados, cuya protesta ha sido “judicializada”, una práctica con la que el menemismo intentó acallar el conflicto social.