EL PAíS • SUBNOTA
- Chávez. Los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Venezuela, Nicolás Maduro, homenajearon a Hugo Chávez con la inauguración del Museo Venezuela Tierra Libre. “Es un gesto de amor verdadero de sus amigos. Su voz todavía retumba en los pueblos de nuestra América, su paso sigue vigente, fue un gran guerrero, un guerrero de la luz y de las ideas que encontró en los caminos que se habían perdido, nos enseñó que la historia está viva y no es un testimonio del pasado, es un proceso continuo”, dijo Maduro al abrir el lugar, que está en la Fortaleza de San Carlos, en La Habana.
- Espionaje. El presidente de Bolivia, Evo Morales, fue uno de los que más mencionaron a los Estados Unidos. Y no lo hizo para tirarle flores. Recordó, por ejemplo, la participación de ese país en distintos golpes de Estado en la región. Una de las cosas que más criticó fue el espionaje global, sobre todo a líderes de la región. “Si espían para garantizar la seguridad, yo digo que vayamos todos a espiar a Obama y así va a haber seguridad.”
- Controversia. Se sabía que uno de los temas más ríspidos de la cumbre era una diferencia entre Haití y República Dominicana. La controversia es porque Dominicana no acepta dar la ciudadanía a hijos de haitianos nacidos allí. Pero si el tema fue tratado a puertas cerradas por los presidentes el martes, ayer se hizo público y evidente. El presidente de República Dominicana, Danilo Medina, comenzó su discurso afirmando que la reunión de los 33 países de América latina y el Caribe era “un desagravio” para Cuba, por haber votado su suspensión de la OEA luego de la Revolución. Pero luego se dedicó a defenderse de acusaciones de “discriminación”. “Es inaceptable que nos quieran decir racistas y que violamos los derechos humanos. República Dominicana ha sido el Estado más solidario con Haití”, dijo.
- Venganza. Hace un año, cuando Chile entregó la presidencia pro témpore de la Celac a Cuba, Sebastián Piñera chicaneó a Raúl Castro: “Es por un año, no por ’50”, le dijo. El cubano parece haberse quedado con la espina clavada todo este tiempo. Ayer dijo que en la cumbre de Santiago de 2013 no escuchó el comentario pero su canciller sí y se lo contó. “No se preocupe que tengo 82 años. Los Castro somos fuertes y longevos”, le contestó ayer. “Esto demuestra la unidad a pesar de las diferencias”, agregó. Un poco después, al dar la palabra a otro presidente volvió sobre el tema: “Me vengué de Piñera”, afirmó. “Me alegro mucho de ser víctima de esta fraternal venganza, que muestra la democracia en la Celac”, le devolvió el chileno.
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