El librero marplatense Juan Rey, que a pesar de la presión de una distribuidora se negó a subir los precios en su negocio, fue sorprendido con un llamado de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y aprovechó para invitarla a comer mollejas. Luego de que la mandataria relatara en su discurso la historia de este hombre, que resistió las presiones de la cámara local para subir los precios porque “perjudicaba a la plaza”, el comerciante contó a los medios cómo la Presidenta lo llamó para saludarlo. “Estuvimos hablando más de media hora”, relató Rey. “El llamado fue el miércoles pasado cerca del mediodía, cuando del otro lado del teléfono fijo recibí un llamado donde me decían que eran de Presidencia de la Nación y que aguardara en línea que la Presidenta quería hablarme. Yo le había escrito una carta contándole lo que había hecho y ella sabía todo lo que yo hacía”, incluyendo el festival Hazme Reír, en homenaje a su hijo fallecido, la construcción de una escuela en Misiones y otras acciones solidarias. “Le dije a la primera mandataria nacional que no soy ningún Robin Hood, sino que tuve una acción comercial que generó simpatía entre la ciudadanía porque es genuina y porque es leal”, relató el comerciante.