En medio del reclamo generalizado para que los políticos bajen sus gastos, la Cámara de Diputados mostró que tiene ganas de hacer buena letra al anunciar que rematarán 62 automóviles que eran utilizados por los legisladores. La decisión fue tomada por el presidente de la Cámara, Eduardo Camaño, a través de la resolución 150, con la intención de generar un ahorro de 500 mil pesos anuales. Para evitar sospechas, la resolución impide participar de la subasta a los empleados del Congreso y sus familiares. Las autoridades de la Cámara tienen en carpeta avanzar con otras dos vías de reducción presupuestaria. Por un lado se busca reducir el peso de la deuda telefónica y, por tal motivo, está en estudio entregar un código personal a cada diputado para lo utilice cuando realice llamados al interior. La administración de Diputados detectó que los fines de semana se llama desde el Congreso a las provincias, cuando en realidad el edificio debería estar vacío de legisladores y empleados. Por otra parte, los colaboradores de Camaño analizan también anular el contrato de la empresa de limpieza. Es una situación llamativa, porque la Cámara tercerizó el servicio cuando tiene en su planta permanente personal supuestamente asignado a la misma labor.