“Estoy muy feliz”, dijo Aníbal Ibarra en la apertura de su discurso como jefe de gobierno reelecto y así se lo ve. Ya ha pasado casi una hora desde que bajó del escenario y no para de abrazar a los conocidos que se acercan a saludarlo y de sacarse fotos con quienes se lo piden. Mientras comenta las impresiones de las elecciones que acaba de ganar, sus colaboradores le acercan papeles con las últimas cifras del escrutinio; él los pasa por la cara de sus interlocutores como un chico que exhibe a sus amigos el trofeo más preciado y dice “ganaron los buenos”.
–¿A qué atribuye la ventaja que finalmente le sacó a Mauricio Macri?
–Fueron varios factores. Pudimos comunicar mejor lo que hicimos durante la gestión, expresamos a un amplio sector político y la elección tuvo una dimensión local, referida a la gestión, pero también una nacional.
–¿Después de la derrota en la primera vuelta dudó de su triunfo?
–El viernes siguiente a esa elección tuvimos una reunión con el equipo de campaña y dije que ganaba por cinco puntos.
–Entonces Macri parecía tener la iniciativa...
–Tuvo el rebote propio del ganador, pero en los últimos diez días nos recuperamos y el debate fue un punto importante. Además, no es lo mismo Ibarra que Macri. La gente no es tonta, se involucra.
–¿Por qué estaba tan confiado en que iba a ganar?
–Porque así es el sistema de ballottage. En un sistema sin segunda vuelta hubiéramos ganado en primera. La gente hubiera optado entre uno y otro en ese momento, es un proceso lógico.
–Hay muchos que lo votaron a usted por no votar a Macri.
–Un ballottage también es votar en contra del otro.
–¿Qué le dijo el presidente Néstor Kirchner cuando hablaron?
–Que vamos a seguir trabajando juntos, que tenía una gran alegría y que el resultado era lo mejor para todos.