El ex espía Alejandro Brousson reivindicó ayer la operación de inteligencia de la SIDE por la que se le pagaron 400 mil dólares al principal acusado por el atentado a la AMIA, Carlos Telleldín, a cambio del testimonio que terminó involucrando a los ex policías bonaerenses. En su segundo día de declaración ante el Tribunal Oral 3 que sustancia el juicio por el ataque terrorista, Brousson –que fue segundo jefe de la Sala Patria– dijo que el procedimiento, del que dio detalles el martes, fue “una operación de inteligencia secreta en el marco de una causa judicial” bajo la orden del juez Juan José Galeano y del ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy. “Nunca me enteré de que se estableciera el contenido de lo que iba a decir Telleldín y por eso fui yo quien estableció la necesidad de chequear sus dichos ante la seriedad del pago que iba a encararse”, señaló en la audiencia. Esa sería la explicación de que el pago se hiciera en dos veces, completándose una vez que el desarmador de autos involucró a los policías diciendo que les entregó la camioneta. Hay un punto que sigue sin quedar claros: por qué si el pago fue parte de la trama judicial, no fue blanqueado, aún existiendo un decreto que habilitaba a recompensar económicamente a quien diera información sobre el atentado. Sobre la pista siria, Brousson dijo que no recibió presiones para dejarla de lado y que en 2000 redactó un informe con los avances en esa dirección, aunque no recordaba su contenido. Al cierre de esta edición el ex agente seguía contestando preguntas y se esperaba que también lo hiciera su antiguo superior, Patricio Pfinnen.