“Calentón.” Así definen el carácter de Julio César Suárez, el quinto jefe de policía que ha nombrado De la Sota desde que llegó por tercera vez a la gobernación, y que sigue sosteniendo, aun cuando él mismo se la ha pasado repitiendo en otros casos que “funcionario imputado, funcionario que sale”. Por si algo faltaba en este entrevero, también se confirmó que Suárez no sólo amenazó al periodista Dante Leguizamón, sino que tampoco se privó de llamar por teléfono al fiscal Pablo Molina cuando éste imputó a los policías Leiva y Chavez por el asesinato del joven Pellico. El propio fiscal admitió el llamado, aunque trató de bajar los decibeles del tema. Lo que se supo en tribunales es que, furioso, el comisario Suárez le habría dicho: “Cuidate, ya me vas a conocer”. Hubo una reunión de fiscales para apoyar al colega, cónclave en el que también se avaló al funcionario a quien le tocó decidir –finalmente– imputar al jefe policial por el delito de coacción. La pena que le correspondería de hallárselo culpable es de un mínimo de dos años a un máximo de cuatro. Julio César Suárez es el primer jefe de la policía cordobesa imputado en 31 años de democracia.

El miércoles pasado, el Círculo Sindical de la Prensa de Córdoba, Cispren, pidió constituirse en querellante ante el juzgado que lleva la causa “por el grave atropello que significó para la libertad de prensa la amenaza del jefe de Policía contra el periodista Dante Leguizamón”.