El término parece raro, un anglicismo, pero apunta al concepto de capacidad de ejercer la presidencia. “El estudio de Ibarómetro revela que la oposición no ha conseguido cultivar, consolidar rasgos asociados con la gobernabilidad –sintetiza Ignacio Ramírez–; lo que hemos llamado ‘atributos de presidenciability’. Por el contrario, y aun en un contexto económico poco amigable, el kirchnerismo sigue siendo percibido como un actor político potente y sólido. Suele soslayarse que, más allá de acuerdos o desacuerdos ideológicos, el kirchnerismo forjó un pacto psicológico con un sector de la ciudadanía que tácticamente consigna ‘nosotros no chocamos barcos’ y “a ‘nosotros no nos llevan puestos’; dos habilidades demandadas por una sociedad que almacena en su memoria política reciente los ruidos de un helicóptero y los efectos que tienen las crisis profundas de inestabilidad política”. Cuando se habla de gobernabilidad se apunta a características mencionadas en el cuadro sobre atributos: firmeza para soportar presiones, fortaleza y unidad como espacio político, capacidad de gobernar. Viendo lo que se piensa en esos terrenos del Gobierno y los opositores, se percibe claramente la diferencia.