EL PAíS
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La guerra y el imperio
–Su definición de imperio abarcaba a los gobiernos de la Unión Europea y de Estados Unidos, a las multinacionales y a diversos organismos. Con la invasión de Bush a Irak, y la oposición de Francia y Alemania, ¿se fisuró ese frente común?
–Tengo la impresión de que los Estados Unidos intentaron interrumpir el proceso imperial, que el gobierno de Bush ha dado un golpe de Estado al imperio. Lo que llamamos imperio es un proceso que descentraliza, mientras establece las reglas bajo las cuales debe operar el mercado global. Los Estados Unidos han intentado este golpe de Estado con la declaración de guerra contra Irak, y sobre todo en la afirmación de que esta guerra preventiva devenía de una base de legitimidad de intervención norteamericana en el mundo, en el mercado mundial, después del 11 de septiembre. Ahora, yo creo que esta operación, a la cual se han opuesto algunos países europeos, Rusia, China y también los grandes países de Sudamérica, fracasó; los norteamericanos han ido a la guerra, pero están bien lejos de establecer la paz y de imponer su orden en términos unilaterales. Y por otro lado se han encontrado con toda la aristocracia de las multinacionales más avanzadas, inclusive americanas. El gobierno americano comienza a resquebrajarse por el propio choque con las aristocracias. Mi percepción es que el proceso imperial avanza a pesar de la tentativa americana de bloquearlo. Esto no significa un signo positivo: el capital está reorganizándose a nivel mundial y las fuerzas de la democracia y de la paz son ahora terriblemente débiles. Sobre este terreno de la organización de la democracia, de la multitud, contra el Imperio, y no a favor de los estados nacionales, es hacia donde debemos caminar.
Nota madre
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