- Sorpresa. Horacio Rodríguez Larreta compartió temprano un desayuno en el café Tortoni con periodistas en el que prometió que al final del día habría una sorpresa. “Está todo preparado. La coreo está armada. Va a haber una sorpresa”, dijo. No se refería al resultado tan ajustado de la elección sino a que iban a intentar bailar juntos con Macri. Finalmente, mientras estaban entre la multitud, sólo consiguió ponerse una galera amarilla y mover el brazo, mientras el jefe de Gobierno ensayaba sus ya conocidos pasos de baile. Michetti, por su parte, bailaba con Antonia, la hija de Macri.

- Sin remordimientos. “¿Se arrepiente de no haberla elegido a Gabriela Michetti como su candidata a jefa de Gobierno?”, le preguntó Página/12 a un ofuscado Macri. El jefe de Gobierno se rió y contestó: “Ya te pusimos el tema de Gilda”, por la canción que dice “no me arrepiento de este amor”. Macri también dejó un mensaje para los K: “Nos faltó a la fiesta el kirchnerismo”.

- Dos docenas. El procesado jefe de Gobierno Mauricio Macri nuevamente llevó facturas a la mesa donde le tocaba votar. Como la vez anterior le habían señalado lo escaso del regalo, esta vez dijo: “Hoy traje dos docenas para que no me acusen de miserable”. Sin embargo, no alcanzaron para todos los periodistas. El catering en el bunker del PRO también fue visiblemente más escaso, y hasta se cortó completamente en los momentos de mayor temor por el resultado.

- Juan Carlos Blanco. Una de las grandes discusiones entre Lousteau y Larreta fue por el voto en blanco. Lousteau afirmó que los macristas buscaban incentivarlo a partir de los cambios que se introdujeron en la pantalla electrónica y con encuestas telefónicas. Hasta bromearon en Twitter con que el candidato del PRO era “Juan Carlos Blanco”. En el ballottage de 2007, el voto en blanco fue del 3 por ciento, en el de 2011, del 1,25 por ciento. En cambio ayer alcanzó el 5,05 por ciento, lo que superó la diferencia entre el ganador y el perdedor.