La fórmula del Frente para la Victoria podría alcanzar el 46 por ciento de los votos en la provincia de Buenos Aires en las PASO y le sacaría 11 puntos a la suma de todos los candidatos de Cambiemos. En el tercer lugar aparece UNA, con Sergio Massa ganador de la interna frente a José Manuel de la Sota y logrando cerca de un 13 por ciento. En la carrera por la gobernación bonaerense, la dupla Aníbal Fernández-Martín Sabbatella es la más votada, con el 30 por ciento, duplicando en la interna del FpV a Julián Domínguez-Fernando Espinoza. María Eugenia Vidal sería la segunda candidata y Felipe Solá quedaría cuarto.

Las conclusiones surgen de una encuesta realizada por Analogías, la consultora que lidera Analía Del Franco. En total se entrevistaron 958 ciudadanos en todo el territorio bonaerense, con respeto de las proporciones por edad y sexo. La encuesta se terminó de procesar ayer. De todos los sondeos que se hicieron hasta ahora, el de Analogías es el que ubica a Scioli con mayor intención de voto. Tradicionalmente el peronismo saca a nivel nacional lo que obtiene en la provincia de Buenos Aires, porque el resto de los distritos suele compensarse entre ellos. Scioli-Zannini tendrían un fuerte espaldarazo en territorio bonaerense. También Macri-Michetti aparecen con valores altos, llegando casi al 30 por ciento. Sumando los votos de Ernesto Sanz y Elisa Carrió, Cambiemos llegaría al 35 por ciento. Esto muestra un nivel de polarización en las PASO que no había aparecido hasta el momento.

Si se verifica la tendencia adelantada por Del Franco, buena parte de las fórmulas tendrá dificultades para llegar al piso del 1,5 por ciento de los votos, porque las dos grandes fuerzas sumarían más del 80 por ciento de éstos y quedaría un resto relativamente pequeño, del cual más de la mitad se lo llevaría la alianza que encabeza Massa.

Fernández-Sabbatella (31 por ciento) se imponen a Domínguez-Espinoza (14 por ciento). Hasta el momento no apareció ningún sondeo que diga lo contrario aunque el trabajo de Analogías muestra más diferencia que el de Aresco. La gran duda está en los niveles de confusión que puede haber en la categoría de gobernador, ya que es muy posible que una parte importante de la ciudadanía entre al cuarto oscuro, elija la boleta para presidente, sin fijarse a quién está votando para gobernador.

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