El gráfico que acompaña esta nota muestra la relevancia que la agencia de noticias del presidente de la Corte Suprema asignó a Carlos Fayt desde abril de este año, cuando aquí se reveló que su deterioro cognitivo no le permite estudiar ningún expediente, tarea que delega en sus colaboradores, hasta la semana pasada, cuando firmó su renuncia. Con el 31 por ciento de las menciones, el presidente de la Corte sigue ocupando el lugar central de San Lorenzetti Press. Lo siguen con el 16 por ciento los juicios por crímenes de lesa humanidad, con el 14.2 por ciento la vicepresidente del tribunal, Elena Highton, con el 2,4 por ciento Juan Carlos Maqueda. Fayt sólo obtuvo el 0,17 por ciento de las menciones y en el gráfico es apenas una raya azul entre Highton y los juicios por violaciones a los derechos humanos. Cuando la comisión de juicio político de la Cámara de Diputados propuso realizar un examen psicofísico para comprobar el estado de Fayt, Lorenzetti realizó una consulta privada con el neurólogo que atiende a su colega. Le preguntó si podría emitir un certificado que diera fe de que Fayt estaba en pleno dominio de sus facultades. “Me temo que no”, fue la respuesta. Aun así, en uno de sus momento de lucidez, Fayt firmó la renuncia y en el mismo texto anunció que se haría efectiva el 11 de diciembre. Esto es en el segundo día del mandato del presidente que suceda a CFK o en el aniversario 32 de la designación de Fayt por el entonces presidente Raúl Alfonsín. Cada quien puede elegir la versión que prefiera.

Fayt en San Lorenzetti Press. Apenas una raya azul.