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Duhalde dice que no se va aunque el FMI no dé plata
El Presidente y parte de su equipo salieron al cruce de las versiones que lo daban renunciando si el Fondo no enviaba ayuda. Además, Duhalde dijo que no hará aumentos salariales y que se podrían adelantar los comicios.
“Todos los días estamos atajando penales”, reconoció Eduardo Duhalde hace unos días. La ocurrencia no alcanza a describir los problemas que enfrenta el Presidente en estos días. Ante la suba del dólar y la negociación con el FMI, el Gobierno comienza a preocuparse por su permanencia en el poder, como si estuviera amenazado por lo que en fútbol se llama “muerte súbita”. Ayer, por ejemplo, Duhalde admitió que el año que viene “se podrían adelantar las elecciones”, siempre que “la Argentina entre en aguas calmas”. Fue la segunda vez que habló de anticipar los comicios, en el caso de que mejoren los tiempos políticos. Además, aseguró que el “dólar está sobrevaluado” y se mostró confiado en que el Estado controlará la suba de la moneda estadounidense.
“Cuanto más difícil se pueda llegar a poner la situación, más responsabilidad tiene quien está gobernando.” De esa forma, Duhalde negó las versiones sobre un eventual alejamiento del Gobierno, si el FMI no otorga la asistencia financiera. “Si las cosas se ponen difíciles con más razón tenemos que aferrar el timón, no perder tiempo y tomar las medidas que correspondan”, subrayó. Aunque también aclaró que si el país “entra en aguas calmas”, “podríamos adelantar las elecciones” y de esa forma “ayudar a que ese nuevo período sea con una nueva institucionalidad”. Una frase acorde con el término “transición” que tanto le gusta usar.
Pero la transición deberá sortear serios obstáculos. Como el alza del dólar, que podría precipitar una hiperinflación y, por ende, poner en riesgo la estabilidad institucional. “Yo sostengo que el dólar está sobrevaluado. Los bancos están comprando muchos dólares y esto, en un mercado chico, tira para arriba la divisa”, quiso explicar Duhalde.
Si con el dólar no hubo grandes novedades, el otro gran dilema del Ejecutivo –la negociación por la asistencia financiera externa– tampoco dibujó sonrisas en los hombres de la Rosada. Resignado a la indiferencia del FMI, Duhalde prometió que los créditos llegaran “a fin de abril”. “Creo que a fin de abril estará el acuerdo con los organismos internacionales”, pronosticó. Así, el Gobierno deberá esperar un mes y medio, el lapso que dedicará el FMI para debatir el caso argentino. Lo confirmó ayer, desde Viena, el titular del organismo, Horst Köhler. “El jefe de la misión retornará a Washington el fin de semana, y nos sentaremos a discutir los pasos siguientes”, dijo Köhler.
Para compensar la indiferencia del FMI, el Gobierno recibió con agrado una buena señal del Grupo de los 7, que fue transmitida personalmente por el ministro de Defensa británico, Geoffrey Hoon. De visita por Buenos Aires, Hoon estuvo ayer con los jefes de las Fuerzas Armadas y luego se reunió con el canciller Carlos Ruckauf. Entre ambos compromisos, destacó que su país trabaja “estrechamente con la comunidad internacional, con el Grupo de los 7 y la Unión Europea” para que Argentina logre recuperarse de su situación económica y social.
Pero por ahora el apoyo externo, hasta ahora discursivo, no promete grandes cambios para la mayoría de la población argentina. El propio Duhalde descartó de plano que desde el sector público o privado se piense en un aumento de sueldo para compensar la pérdida de poder adquisitivo que produjo la devaluación. “No creo que la actividad privada pueda pensar en aumentar salarios cuando los trabajadores están haciendo concesiones a la patronal para que no haya despidos o bajen salarios.” Y luego agregó que “en el sector público pasa exactamente lo mismo”.
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